La primera reunión en cuatro años del consejo sectorial de Medio Ambiente de Elda ha servido para fijar los criterios de funcionamiento y apuntar las principales preocupaciones de los colectivos, asociaciones y particulares que forman parte de este órgano municipal de carácter consultivo. Sobre todo las relacionadas con la necesidad de actuar en el entorno del río Vinalopó, la protección de los animales, la recogida selectiva de residuos así como cuestiones medioambientales sin resolver como el antiguo vertedero de Las Cañadas, las canteras de Bateig, los conflictos de los clubes montañeros con la Administración a la hora de desarrollar sus actividades al aire libre y otros muchos asuntos que quedaron sobre la mesa, y que irán siendo abordados en próximas citas.

El encuentro lo presidió la nueva concejala de Medio Ambiente, Pilar Calpena, que apuntó, a grandes rasgos, los aspectos programáticos de su área como punto de partida para el trabajo del consejo. Y ello con el objetivo de convertir este órgano consultivo en un instrumento real de participación pública. En este aspecto, varios asistentes abogaron porque las decisiones del consejo adquieran carácter vinculante, para lo que sería necesario modificar el estatuto de Participación Ciudadana Aunque el consejo se debe reunir como mínimo una vez cada tres meses, la intención de Pilar Calpena es convocarlo cuantas veces haga falta y, de hecho, ya hay prevista una nueva reunión para el próximo mes de septiembre.

La edil también se ha reunido con el grupo de Voluntariado Ambiental de Elda con el fin de conocer sus demandas y poder dotar al colectivo de mejores condiciones para impulsar su actividad altruista. Los voluntarios apuntaron diversas posibilidades, tanto en la protección de los parajes naturales como en la educación ambiental, y propusieron establecer un calendario de actuaciones, en función de las necesidades y de los recursos municipales con los que puedan contar.