Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Alto y Medio Vinalopó

Abandonadas y arrasadas

Lujosas casas de campo han sido objeto de expolio, ocupación y vandalismo en los cinco últimos años tras caer en manos de los bancos, o dejarlas sus propietarios en el olvido al tener que regresar a sus países de origen

Desolación y tristeza. Eso es lo que se siente al recorrer las dependencias vacías y destrozadas de modernas mansiones que han sido abandonadas en los diez últimos años por sus legítimos propietarios. Desolación al comprobar la extraordinaria capacidad de destrucción que tiene el ser humano y tristeza al pensar en las miles de familias que viven angustiadas porque carecen de vivienda y van a ser desahuciadas.

Es otro de los efectos de una crisis económica que ha dejado estampas nunca vistas, ni tampoco imaginadas, en los años de esplendor de la burbuja inmobiliaria. Imágenes como las que, en el Alto y Medio Vinalopó, ofrecen una quincena de casas de campo y suntuosos chalés de nueva planta ya construidos, o a medio construir, en partidas rurales de Elda, Petrer, Sax y Salinas que parecen extraídos de un escenario de guerra.

Algunas de esas viviendas han sido utilizadas temporalmente por «okupas» que, sin embargo, las han terminado abandonando por la falta de luz y agua y su alejada ubicación de los núcleos urbanos. Pero la mayoría han sido «desguazadas» por los ladrones o «despedazadas» por los vándalos.

Dos de ellas, las más lujosas, invitan al misterio porque todavía mantienen vestigios de vidas truncadas de forma inesperada. En la de Sax todavía se encuentran libros, ropa, juguetes y objetos personales de los dueños que hace años regresaron a su país -posiblemente Rusia- sin que nunca más se supiera de ellos. Incluso se dejaron aparcado en el garaje un coche que ha sido presa del salvajismo. Y algo parecido ocurre con otra imponente residencia ubicada en los campos de Salinas. El dueño viajó un buen día a Gran Bretaña y dejó su todoterreno frente a la puerta de acceso. Y allí sigue tras ser destrozado mientras la casa -que hasta tiene piscina climatizada interior- ha sido desvalijada al igual que las construcciones anexas.

En todos estos chalés, algunos de los cuales están en manos de los bancos por deudas o desahucios, los ladrones se han llevado cualquier objeto susceptible de ser vendido. Pavimento interior y exterior, escayolas, tejas, lámparas, vallas, puertas, rejas, chimeneas, ventanas, conducciones de agua y luz, bañeras, cocinas, sanitarios, muebles...y lo que no ha sido robado ha sido arrasado. También las pistas de tenis, barbacoas, garajes y piscinas han corrido la misma suerte. Pura desolación y tristeza.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats