Acercar a los más pequeños de Pinoso especies autóctonas de anfibios, reptiles y el pez fartet sin tener que salir de clase. El objetivo que se marcó el Área de Medio Ambiente de Pinoso ha superado con creces las expectativas. Además de peluches que reproducen las principales características de estas especies, los niños pudieron ver y tocar también animales vivos como el sapo corredor, la tortuga de tierra o la culebra de agua.

Aunque el técnico municipal de Medio Ambiente, José Carlos Monzó, ha participado en iniciativas similares llevadas a cabo en colaboración con la Conselleria de Medio Ambiente en colegios de Valencia, era la primera vez que realizaba esta actividad en el centro de educación infantil de Pinoso. Y, a juzgar por la ilusión, la expectación y el interés que mostraron los pequeños, la experiencia resultó todo un éxito además de que no tuvieron miedo.

Para el experto «esto prueba que los niños, hasta los tres o cuatro años, no muestran ningún rechazo ante animales como las culebras y los sapos que, por lo general, no suelen gozar de mucha popularidad». De ahí que Monzó destaque la importancia de iniciar la educación ambiental cuanto antes. «Así los niños aprenden a respetar y apreciar estos animales desde el conocimiento -explica- comprobando que son inofensivos y que la naturaleza es sorprendente». Y todo ello sin salir del cole.