Rubén Alfaro Bernabé tomó, ayer, de manos de la anterior alcaldesa de Elda, Adela Pedrosa, la vara de mando de la ciudad. Así, el socialista se convirtió en el quinto alcalde de la democracia del municipio.

Antes, los 25 concejales de la recién inaugurada legislatura prometieron y juraron la Constitución. En el acto, Compromís y el PSOE, que formarán el gobierno municipal, así como Ciudadanos, prometieron su cargo mientras que los ediles del Partido Popular hicieron el juramento con la mano encima de la Biblia.

Por otra parte, los de IU y Sí se puede Elda optaron por prometer cumplir sus deberes como concejales con la fórmula de imperativo legal. Mientras Iñaki Pérez y Javier Rivera (IU) lo hicieron «sin renunciar a sus convicciones republicanas», Víctor Alarcón y Francisco García de Sí se puede Elda, establecieron la puntualización para «rescatar la soberanía y someterla a los intereses del pueblo y no a los beneficios de los bancos».

Tras la toma de posesión de Alfaro como alcalde, los portavoces de los grupos municipales plantearon los postulados de la nueva legislatura, que inició ayer su andadura.

Compromís, Sí se puede Elda e Izquierda Unida centraron sus discursos en la situación de emergencia que sufren un buen número de familias eldenses y las pusieron como eje de su política municipal.

Mientras Compromís se decantó por favorecer este tipo de acciones en el gobierno en coalición con los socialistas, IU y Sí se puede Elda explicaron el porqué de su posicionamiento en la oposición para, desde ese puesto en la Corporación, impulsar políticas sociales de rescate.

Alarcón empezó con fuerza su primer discurso. Así, declaró que «este Ayuntamiento está llamado a representar la soberanía del pueblo eldense y estar a la altura de lo que significa hoy. Y lo que significa es hacer lo contrario de lo que ha hecho el Partido Popular durante los últimos ocho años». Y apostilló que «la derrota de quienes han llevado a la miseria a la gente de esta ciudad es un triunfo del movimiento popular y las movilizaciones que han precipitado este cambio de ciclo que empezó con el 15-M».

Los grupos hicieron hincapié en la pluralidad de una formación compuesta por seis partidos diferentes. Y en este sentido, Rivera insistió en la necesidad de hablar y dejar de lado el rodillo impuesto por los populares en la anterior legislatura y que sufrió como concejal en la oposición.

También de clandestinaje y de economía sumergida habló Rivera al igual que su compañero de Corporación, Manuel Ibáñez, quien puso encima de la mesa la necesidad de abordar los problemas municipales desde una ecología sostenible.

Por su parte, el número uno de Ciudadanos, Paco Sánchez, le deseó al nuevo alcalde lo mejor porque «será lo mejor para Elda». Sánchez centró su acción municipal en la colaboración sosegada, meditada y respetuosa con el gobierno municipal. Al mismo tiempo, condenó enérgicamente la actitud de quienes estos Moros y Cristianos increparon a Iñaki Pérez, concejal de IU, y alegó que «estamos en contra de la intolerancia y la barbarie». Además, añadió que «el respeto a los representantes elegidos por el pueblo es innegociable».

Por su parte, la anterior alcaldesa, Adela Pedrosa, hizo un discurso de despedida donde glosó todos los aciertos de su partido en los ocho años en los que las urnas le dieron la mayoría absoluta.

El turno de los grupos municipales lo cerró el socialista Eduardo Vicente, quien tendió de nuevo la mano a los grupos de izquierdas en el Consistorio para que se integren en el equipo de gobierno.

El ya alcalde, Rubén Alfaro, fue el encargado de clausurar el turno de palabras asegurando que «mi vocación es ser el alcalde de todos y todas, y no es retórica sino que nace de la arraigada convicción de que el poder debe ser administrado sin sectarismo de ninguna clase». Además, señaló que apuesta por una legislatura dialogante que defienda los intereses de la ciudadanía y aprovechó para dar las gracias por el apoyo en el gobierno de Compromís.