Tacones imposibles, sabrinas, muchos corazones, pequeños mocasines para bebés, alpargatas de diversos estampados, chanclas y una gran explosión de colores. Así son las creaciones en el mundo del zapato de ágatha Ruiz de la Prada y así es la exposición que de la mano de la diseñadora española llena el salón de la FICIA del Museo del Calzado y que ayer se inauguró.

La retrospectiva expone 30 años de trabajo de la madrileña. Es una mirada a unos de los complementos imprescindibles de cada vestido, de cada modelo, el zapato. Para diferentes ocasiones, de diversas formas, colores y pieles, fueron creados y ahora juntos cuentan la historia y trayectoria de la particular diseñadora bajo el nombre de «Zapatos felices».

Unos 200 zapatos de mujer y de niña se ven tras las vitrinas de la sala en la que su equipo ha cuidado hasta el último detalle para que todo respire como el universo de Ágatha de Ruiz de la Prada. Hasta las paredes se ha revestido con la moqueta fucsia que sirvió de alfombra en su último desfile.

Ver Galería

De todos los expuestos en la muestra, ágatha se queda con los primeros que diseñó, unas alpargatas que confeccionó Castañer y comercializó Camper.

Asimismo, contó cómo uno de sus pares de zapatos llegó al Museo del Calzado, tras una petición a la asociación de creadores por el director, en aquella época de la colección, José María Amat.

Industria

La diseñadora, en la presentación de esta muestra zapatera, no sólo habló de moda sino que también se adentró en el universo de la industria. Así, describió Elda como uno de los lugares donde «se hace el mejor calzado del mundo». Aseguró, tras visitar China, que «vuelve la época dorada de la industria zapatera de la ciudad». Argumentó este pensamiento relatando que «me sorprendió lo carísimo que está China» y añadió «lo que significa que la gente va a volver a fabricar en esta zona».

La creadora concluyó que «yo creo que la industria va a florecer y el calzado de Elda va a tener un puesto, top, top, top en el mundo».