La Policía Local de Monóvar ha «reconvertido» lo que pudo ser una denuncia colectiva, con sanción económica incluida, a un grupo de 27 menores, en una clase «magistral» de pedagogía social. La historia se remonta a las pasadas vacaciones navideñas, con la aparición de varias pintadas en la Torre del Reloj y en los alrededores de la zona del Cuartel.

Una agente de la Policía, por orden de la jefatura, se hizo cargo de investigar el origen y a los autores. Tras las oportunas pesquisas e investigaciones fueron identificados, uno por uno, a los «grafiteros» urbanos. El resultado sorprendió a los agentes. Se trataba de un grupo de 27 menores que compartían grupo de whatsapp, todos ellos de la misma edad, once años, y pertenecientes a diferentes centros escolares de enseñanza primara de la ciudad.

Desde la Policía llamó la atención «la gran capacidad de organización de estos menores, todos de la misma edad y cuyo nexo de unión era su grupo de whatsapp». Una vez identificados los autores de las pintadas, el siguiente paso que dio la Policía fue entrevistarse con los padres de los chavales y proponerles el «castigo» a imponer.

La gran colaboración y predisposición de los progenitores con la Policía fue clave y concluyó en una reunión en las instalaciones policiales, donde los chavales en primera fila y los padres detrás, visualizaron las fotografías en pantalla grande de los hechos realizados. Los chavales lo reconocieron y se comprometieron a deshacer el entuerto. Las conclusiones finales de esta reunión fueron claras: había que limpiar y restaurar los daños ocasionados y lo más concluyente, tenían que pagarlo de su bolsillo. Además esta historia no debería repetirse.

El compromiso se llevo a cabo y se cumplió. Las pintadas fueron borradas y un euro por cabeza sirvió para comprar el material necesario para devolver el esplendor a las paredes de la Torre y sus alrededores.