La expectación era máxima. Los ojos de los vecinos de Elda se volvieron hacía el monte Bolón, como todos los años desde hace 55 a la espera de la bajada de las antorchas por la senda de los Reyes. Pero, todos sabían que en 2015 la visión iba a ser diferente. El fuego se sustituyó por frontales y antorchas de bajo consumo -led- que emitieron un luz blanquecina que se divisaba en la cresta del monte.

Pasadas las 6 de la tarde, la serpiente luminosa inició su andadura. Varios de los participantes y quienes les esperaban a las faldas de la montaña echaron de menos las antorchas, una tradición que se sustituyó por luces led para dar más seguridad al evento, tras las reiteradas peticiones del Centro Excursionista Eldense (CEE).

El Ayuntamiento, que este año fue el organizador del evento, repartió 300 linternas de led a las que se sumaron las 100 del Centro Excursionista.

En 2015, al ser el 5 de enero jornada laboral, el número de asistentes a la bajada descendió con respecto a años anteriores. En 2014 se llegaron a contabilizar 3.000 participantes mientras que ayer la cifra sobrepasaba los 1.000. A ello se sumó la campaña ciudadana para que al faltar de antorchas no se subiera a Bolón.

Por la mañana muchos vecinos de Elda acudieron a almorzar al monte Bolón. Todos ellos después de unas horas de convivencia se dispusieron a acompañar al Centro Excursionista en su tradicional bajada del monte en la noche de Reyes.

En el casco urbano esperaban la llegada de las luces de Bolón los más de 1.000 participantes en el desfile. Después de una paupérrima cabalgata en 2014, ésta recuperó parte de su esplendor con los tres Reyes Magos en sus camellos y con un séquito formado por integrantes de las tres entidades festeras organizadoras. A Baltasar lo acompañaron los cargos festeros de la Junta Central de Fallas, la Semana Santa a Melchor y, a Gaspar, la Junta Central de Moros y Cristianos.

El paje real que todavía aceptaba las cartas tardías de los niños abrió el desfile. Tras él volvieron, como años anteriores, los Romanos. El grupo de baile que ganó el concurso de playbacks de Fallas con una coreografía donde los juguetes toman vida lo cerró. El colectivo pertenece a la Falla de Huerta Nueva.

En la cara de los niños agolpados junto a sus padres en las calles más céntricas de la ciudad se podía observar la ilusión por ver a los Reyes Magos así como por la lluvia de caramelos. Más de 1.000 se llegaron a repartir.

Dispositivo de seguridad

El concejal de Fiestas, Fran Muñoz, informó que «la cabalgata cuenta con un plan de autoprotección en el que se detalla el número de efectivos destinados para la seguridad». Una dotación de bomberos compuesta por tres efectivos y un cabo, 6 sanitario de Cruz Roja con una ambulancia y un punto móvil, dos patrullas de la Policía Nacional a la que se suman 10 agentes de la Local y un oficial, así como 16 voluntarios de Protección Civil vigilaron para que nada ocurriese en el desfile. En el monte Bolón, el dispositivo se ciñó a una ambulancia y tres efectivos de la Policía autonómica.

En Villena, centenares de niños esperaban en el colegio Salesianos ver cara a cara a sus majestades. Desde las 16 horas hasta las 18.30, Gaspar, Melchor y Baltasar vivieron uno de los días más especiales de su vida al escuchar los deseos de los más pequeños. A las 19 horas los Reyes Magos fueron recibidos por las autoridades en el Ayuntamiento y al filo de las 20 horas comenzó la Cabalgata desde la plaza del Rollo hasta la de Toros.

La Banda Municipal de Música fue la encargada de abrir el desfile y tras ellos, llegó un ballet y los pastores con sus tradicionales villancicos, abriendo paso a la carroza de la Sagrada Familia. Los pajes de los Reyes fueron los encargados de repartir los caramelos por motivos de seguridad. Por la misma causa se instaló el vallado por el recorrido de la Cabalgata.

En Petrer, Mary Poppins, la Sirenita así como numerosos ballets relacionados con el universo infantil acompañaron a los Magos de Oriente en su recorrido. El desfile partió de colegio Rambla dels Molins y llegó a la Plaza de Baix.

En Monóvar, llegaron por el barrio de la Venta de Blai, desde donde se dirigieron al Portal del Ayuntamiento para adorar al Niño. En el balcón de la Casa Consistorial les entregaron las llaves de la ciudad. En todas las localidades los Reyes fueron recibidos por las autoridades municipales.