La imagen volvió a recorrer ayer a hombros de las mujeres, como ya es tradicional, las calles próximas a la iglesia de la Inmaculada Concepción de Elda de la que es titular. La mañana era fría y el día festivo pero eso no impidió que una gran cantidad de personas se dieran cita en el templo, a las once de la mañana, para asistir a la solemne eucaristía. El encargado de predicar fue, por vez primera, el párroco de la iglesia de Santa Anta, Juan Agost Agost y, al finalizar la misa, comenzó la procesión de la Inmaculada que, un año más, volvió a congregar a numerosos fieles y amigos de la parroquia así como a las autoridades de la ciudad. Y este año, como el anterior, un grupo de niños se encargó de abrir el camino con las cintas sujetas a las manos de la talla de la Virgen. Pero este año ha sido especial, ha sido un año histórico que los devotos de la Virgen no olvidarán porque el domingo el obispo de la Diócesis de Alicante-Orihuela, Jesús Murgui, visitó por vez primera la parroquia de la Inmaculada de Elda.