Todos los actos de los Moros y Cristianos de Monforte giraron ayer en torno a su patrona, la Inmaculada, que fue llevada a hombros por los festeros Contrabandistas en una procesión que acabó pasadas las once de la noche.

Pero el penúltimo día de celebración arrancó a las ocho y media de la mañana con la santa misa y dos horas más tarde la misa solemne. A continuación el desfile general de comparsas congregó a un gran número de festeros y público que volvieron a disfrutar con las marchas festeras, los trajes vistosos, los caballos y la música. Y entre el público muchos extranjeros, principalmente ingleses y en menor medida alemanes y franceses, que han podido escuchar las embajadas traducidas al inglés directamente desde sus móviles, sin necesidad de ningún otro aparato y con unos códigos QR ubicados cerca de la fortaleza.

Tras el desfile a los cuartelillos a reponer fuezas con las tradicionales «pelotas» y, ya por la tarde, la última embajada con la bandera de España que lleva la imagen de la Purísima como protagonista. «Los hijos de Monforte con el alma engrandecida darán mil veces la vida por encumbrarte hasta el cielo» exclamó el embajador de las tropas cristianas que, junto a las fuerzas Contrabandistas y encomendándose a la patrona, recuperaron la fortaleza al grito de «¡Viva España y viva La Purísima!». Un día grande el de ayer para Monforte.