Con pico y pala y por la terraza comenzó ayer por la mañana el derribo de la casa ubicada en la intersección de las calles eldenses, Amadeo Vives y San Vicente, en el barrio de Numancia. Desde el sábado por la tarde, cuando para sorpresa de los vecinos se produjo el derrumbe de lo que antes era una fábrica, el edificio esperaba a que se realizaran los oportunos trámites para ser demolido.

La destrucción de éste, de forma rápida, se debe al posible peligro de derrumbe y desprendimientos de fachada. En un principio, se indicó que tardarían entre 24 y 48 horas en tirar la casa al suelo. Pero los trabajos se alargarán porque, para evitar desperfectos en las viviendas colindantes, las obras se iniciaron por la terraza del inmueble y con máximo cuidado. Será en una fase posterior cuando las retroexcavadoras entren y acaben con los muros que todavía queden en pie. Una vez esté limpio y acondicionado el solar, también el propietario deberá hacerse cargo de su vallado para evitar que se convierta en el vertedero de residuos y albergue de animales.

El dueño del edificio es quien finalmente se ha hecho cargo de la demolición de su propiedad. Así el concejal de Urbanismo, Vicente Amat, señaló que «no ha sido necesario que el Ayuntamiento actuara de forma subsidiaria».

Desde el pasado sábado, el acceso a esta intersección viaria ha estado cortado, tanto para vehículos como para viandantes. Además Amat señaló que «los vecinos de las casas colindantes fueron desalojados y únicamente han podido entrar acompañados de la Policía Local para recoger ropa o enseres que precisaban». Una vez finalicen las obras podrán volver a sus viviendas.

Causas

Fue el sábado por la tarde cuando los vecinos alertaron a la Policía Local de un hundimiento en uno de los inmuebles de la calle Amadeo Vives. En el suceso no hubo que lamentar desgracias personales pues el edificio se encontraba deshabitado. Pero, antes de proceder a la demolición de la ruinosa construcción era necesario eliminar el cableado de la fachada, tanto el de la luz como el del teléfono. Y por ello han tardado dos días hábiles en comenzar el derrumbe de las dos plantas y la terraza.

El edificio no tenía expediente alguno de estado de ruina y el desplome de la parte alta de una de sus fachadas fue una sorpresa. Se valora que tiene una antigüedad de más de 50 años y que las persistentes lluvias caídas durante todo el fin de semana en Elda precipitaron el desplome de una de las paredes.