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Seis ediles del gobierno del PP en Sax se rebelan contra el alcalde y le exigen la dimisión

El equipo popular municipal está dispuesto a expulsar a Vicente Gil

El alcalde de Sax, el popular Vicente Gil jesús cruces

El equipo de gobierno del Partido Popular ha estallado en Sax a ocho meses de las elecciones municipales tras varios años de desencuentros y dimisiones. Seis de sus siete concejales le han exigido al alcalde Vicente Gil que dimita de forma inmediata y abandone un Ayuntamiento que gobierna con minoría simple porque el PP tiene ocho concejales, PSOE e IU suman otros ocho y el expopular Carlos Pérez está en el grupo No Adscrito. La petición se la hicieron al mediodía de ayer en un despacho de la Casa Consistorial, en el transcurso de una tensa reunión de la que el primer edil salió sin tomar ninguna decisión ni pronunciarse en ningún sentido. Tampoco este diario pudo contactar anoche con él para recabar su opinión.

Los seis ediles que se han rebelado contra la máxima autoridad municipal son María del Carmen Picó, María Dolores Chico, Pedro Iborra, Francisco Sánchez, María Magdalena Gutiérrez y María Isabel García. Por tanto, el único apoyo con el que cuenta el alcalde -hasta al menos el día hoy- es con el de Pedro Nieto, el concejal que se incorporó al Ayuntamiento en junio en sustitución de la dimisionaria Ruth Amoraga.

Los seis concejales del PP han tomado la decisión de forma unilateral y unánime y sin consultarla previamente con ninguno de los estamentos de la dirección del Partido Popular. Precisamente con el responsable comarcal de los populares, con Juan Molina, hubo una reunión urgente anoche para explicarle los pormenores de una decisión que han calificado de «irrevocable» y «muy meditada». Es más, están dispuestos a expulsar a Gil del grupo municipal popular si no accede a dimitir por lo que pasaría a ser uno de los pocos alcaldes No Adscritos de España.

No es la primera vez que el grupo municipal le reprocha al alcalde su apatía en el trabajo y su falta de interés por los asuntos municipales exigiéndole un cambio radical de actitud. Sin embargo en esta ocasión se ha producido una circunstancia que para los seis ediles ha sido el detonante de su drástica medida. Se refieren a la «voluntaria desaparición» de Vicente Gil durante siete días de la semana pasada en la que, después de su visita oficial al pueblo de Alagón, ya no acudió al Ayuntamiento de Sax, no informó de su paradero ni respondió a las llamadas ni a los mensajes de teléfono que le hicieron sus concejales. Además, al no delegar sus funciones, muchas de las gestiones municipales que precisaban de su firma, los asuntos que los concejales debían consultarle y buena parte del trabajo administrativo rutinario quedaron paralizados. Ese ha sido el detonante pero los problemas vienen de atrás y el grupo de ediles que se ha rebelado ahora contra el alcalde asegura haber buscado soluciones definitivas que han terminado convirtiéndose en meros parches. En definitiva, otro despropósito más en una legislatura que pasará a la historia de Sax por ser la más esperpéntica de la última etapa democrática.

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