El alcalde podría decretar hoy mismo, haciendo uso de sus atribuciones como presidente de la Corporación local, la retirada inmediata de las delegaciones, tenencias de alcaldía y el salario que perciben los seis concejales del grupo municipal que se han enfrentado a él. Ellos son conscientes de esta posibilidad y no parece importarles mucho. Según han indicado en sus entornos más cercano, quieren acabar los ocho meses de legislatura que restan con «la cabeza bien alta». Dan por finalizada su frustrante experiencia en el mundo de la política, tienen previsto seguir ejerciendo sus respectivas profesiones y aseguran que no van a ceder a las presiones que, desde hoy mismo, puedan recibir por parte de las direcciones provincial y autonómica del Partido Popular. Por eso insisten en que para su petición «no hay marcha atrás» y que van a darle al alcalde un par de días para que presente su dimisión y renuncie al acta o, en caso contrario, serán ellos quienes inicien los trámites para expulsarlo del equipo municipal. Tampoco descartan pasarse al grupo de No Adscritos si el PP decide expulsarlos a ellos y no consideran traumática la situación de desgobierno que puede darse en el pueblo dado que el PP está gobernando en minoría desde que el exedil popular Carlos Pérez fue expulsado.
