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Con el ganado a otra parte

La sequía obliga a realizar la primera trashumancia en 66 años al pastor más veterano

El pastor abandonó la montaña de Petrer en abril Jesús Cruces

Uno de los últimos pastores del Medio Vinalopó y, desde luego, el decano de todos ellos ha tenido que realizar este año, por vez primera en su vida, la trashumancia para garantizar la supervivencia de su ganado ante la dura sequía.sequía

José Amat Payá «El Guiñá» tiene 66 años, es de Petrer y comenzó a aprender el noble oficio de pastor a los seis años con su padre. Dice que todavía es un «aficionado» pero lo cierto es que en sus 60 años de actividad nunca antes había tenido que llevar sus rebaños de la montaña de Petrer al Valle de Elda. Pero esta vez lo ha tenido que hacer porque la falta de lluvias durante el último año ha secado el pasto en la montaña. El romero, el esparto y la carrasca perdió su savia en primavera dejando de aportar nutrientes al ganado. Así que «El Guiñá» inició su particular trashumancia en busca de hierba para sus 160 cabras blancas hispánicas y sus 190 ovejas segureñas.

Fue a finales de abril cuando bajó del Valle de Puça y los Chaparrales para dirigirse a la Horna Baja de Novelda, donde su rebaño repuso fuerzas con las carnosas plantas de los alcachofas una vez recogida la cosecha. Pero las existencias se acabaron sin que cayera gota de agua así que a principios de junio pidió permiso a la Confederación del Júcar, a través de los Ayuntamientos de Elda y Petrer, para pastar en la zona del cauce del río Vinalopó que va de Elda a Sax. Justo donde ha rebrotado el carrizo tras el último incendio. Y allí sigue hoy «El Guiñá» con su rebaño mirando todos los días al cielo esperando una lluvia que no llega.

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