El fuego redujo anoche a cenizas los nueve monumentos festeros adultos y los nueve infantiles. La «cremà», que puso fin a las fallas de Elda, comenzó a las 00.00 horas y poco a poco se extendió por cada uno de los barrios. Estaba previsto que la última en arder fuese, según el programa de actos, la de la Zona Centro, que ganó el primer premio. Titulada, «Una vida de carnaval» es obra del artista Rafael Cheli.

Los bomberos del parque de Elda controlaron las distintas hogueras, que ardieron de forma armónica, y que contaron con el mando de los maestros pirotécnicos. Primero las que quedaron las últimas en el concurso y así progresivamente hasta la ganadora. Cada año son más los amantes de este tipo de festejos que acuden a la «cremà» a pesar de la hora y ser al día siguiente jornada laborable.

Pólvora

Además de la «cremà», la jornada fue larga en la ciudad. La pólvora es un elemento esencial en estas fiestas y de buena mañana, se llamó a todos los falleros a tomar la calle con las «despertàs», un rito que se repite en todos los distritos festeros de la localidad. Antes de comenzar un largo e intenso día, los falleros dieron buena cuenta de los almuerzos que prepararon las comisiones.

Todo estaba a punto para el domingo de fallas en el que cobran especial protagonismo las falleras Mayores, Anabel Rico y la infantil, Natalia Lledó. Ellas, junto a sus damas de honor, Alba Olivares, Zaira Pérez, Patricia Beltrán y María Gisbert recorrieron los primeros monumentos en ser pasto de las llamas. El más tempranero fue el del geriátrico El Catí. Allí las ancianas les esperaron con sus particulares bandas de falleras y damas de honor.

Después, la autoridades falleras se dirigieron a la Plaza Castelar donde la pólvora volvió a ser la protagonista de la jornada con la intensa y sonora «mascletà». Las dos Falleras Mayores fueros las encargadas de encender la mecha. Empezó la cuenta atrás, las últimas horas.

Procesión

La «cremà» puso punto y final a los tres días de Fallas de Elda, las últimas del calendario fallero. Antes de ver arder los monumentos de las nueve comisiones, los falleros acompañaron en procesión a sus dos patronos y de los zapateros, San Crispín y San Crispiano que salieron desde la iglesia de la Inmaculada.

Las dos Falleras Mayores, Anabel Rico y Natalia Lledó lucieron por última vez en los días grandes de estos festejos sus trajes de novia alicantina. Una vestimenta creada y diseñada por los indumentaristas Rubén Hernández, Conchi Beneito, Fina Bordadora, La Llar del Fil y Paco Herrero.