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El pantano de Elda se vacía tres siglos después

La sequía y la falta de un caudal ecológico estable para el río Vinalopó dejan prácticamente seco un embalse que ha almacenado agua desde que se construyó en el siglo XVII

La mayor sequía que sufre la provincia durante el último siglo y medio y la falta de un caudal ecológico estable para el río Vinalopó ha terminado secando el Pantano de Elda 316 años después de su construcción. La desoladora imagen que ofrece durante estos días no tiene precedentes desde que este embalse, que es uno de los más antiguos de España, comenzó a levantarse a finales del siglo XVII para la contención de las riadas y el almacenamiento de las aguas de riego.

Además de la relevancia histórica que posee esta obra hidráulica, el entorno del Pantano de Elda tiene una gran relevancia medioambiental por su peculiar flora y fauna y cuenta, asimismo, con una de las comunidades arbóreas de taray más importantes de la región. Un bosque que constituye en la actualidad el objeto principal de su reserva ecológica.

Primero se secó el río. A principios de junio el agua dejó de fluir en los seis kilómetros que van desde la partida de Agualejas, donde acaba el cauce hormigonado que atraviesa Elda, hasta más allá del polígono Finca Lacy, ya dentro del término de Monóvar. Pero desde entonces la situación ha ido empeorando día a día y la aridez está avanzando, de sur a norte, hasta vaciar ahora el embalse.

La causa no sólo es la agobiante escasez de precipitaciones. También influye la histórica sobreexplotación que vienen sufriendo los acuíferos subterráneos del Alto Vinalopó y, especialmente, la falta de un caudal ecológico regulado por ley que garantice un aporte mínimo al cauce del Vinalopó de las aguas residuales procedentes de las depuradoras de Villena y Elda. Una medida ésta última que, al no estar contemplada por la normativa vigente ni controlada por la Confederación Hidrográfica del Júcar, permite a los agricultores del Alto y Medio Vinalopó solicitar cuantos hectómetros cúbicos necesiten para regar sus campos. De este modo salvan sus cultivos pero el río, y ahora también el pantano, sufren las nefastas consecuencias. Esta situación viene siendo denunciada desde hace tres años por la Asociación Encuentros del Vinalopó y varios de sus miembros se han entrevistado hace unos días con el concejal de Medio Ambiente de Villena. Le han pedido que intervenga para evitar que la depuradora sólo vierta al cauce diez litros por segundo, lo que supone que más del 95% de las aguas depuradas son destinadas a los regantes de Monforte, Aspe y Villena. Por eso el río Vinalopó se ha convertido este verano en una acequia a su paso por Sax y el Canal del Rey en un maloliente cenagal. Y la situación podría empeorar.

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