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Villena

Un camino de cabras para llegar al Ave

Las obras en el acceso a la estación obligan a desviar a los viajeros por una vía utilizada por el ganado

El desvío provisional en la Colonia de Santa Eulalia para llegar a la estación del AVE de Villena a través de la vía pecuaria del Puerto Carlos Rodríguez

La estación del Ave de Villena fue inaugurada en junio de 2013 por el presidente Rajoy y el entonces Príncipe Felipe, costó 11,5 millones de euros del erario público y se ha convertido en un hito ferroviario para que la Alta Velocidad llegue a Alicante capital, a las comarcas interiores de la provincia e incluso al área de influencia del altiplano murciano. Una nueva infraestructura férrea con grandes posibilidades de negocio y cerca de 300.000 viajeros potenciales en un radio de 30 kilómetros. Sin embargo, desde el primer día, acceder a la estación se ha convertido en un auténtico despropósito que, a juzgar por los últimos acontecimientos, no parece tener límite. Y es que la negativa del Consell a desarrollar el proyecto al que se comprometió en su día para construir un sencillo vial, de algo menos de kilómetro y medio de longitud, que conecte la estación del Ave de Villena con la cercana autovía de Alicante-Madrid, la A-31, supone malograr el uso de una infraestructura que se ha quedado aislada y perdida entre los olivares, los cabezos y la huerta villenera.

El único acceso oficial que existe para llegar al Ave obliga a cualquier viajero que parta, por ejemplo, de Elda a circular 18 kilómetros más por carretera. Justo el doble de los que tendría que hacer con el acceso directo desde la autovía. Y, además, hay que callejear por el casco urbano de Villena, cruzar el paso a nivel de la vía convencional del tramo Alicante-La Encina, tomar el cruce de la CV-813 en dirección Pinoso y circular otros cinco kilómetros por un camino rural.

La otra alternativa para llegar a la estación, el llamado «Plan B», pasa por tomar la desviación de la Colonia de Santa Eulalia desde la A-31 y, tras atravesar su degradada ciudadela, recorrer un laberinto de siete kilómetros de caminos del siglo XIX -asfaltados pero sin señalizar- para llegar al destino. Sin embargo este acceso tuvo que ser cerrado hace dos semanas para poder acometer las obras de reparación de las conducciones subterráneas del Canal de la Huerta de Alicante. La sociedad que gestiona el envío de las aguas del Alto Vinalopó a l'Alacantí, con la que este diario trató ayer tarde de contactar sin conseguirlo, ha habilitado parte del viejo camino del paraje del Puerto como desvío provisional para llegar al Ave. Así que a los viajeros les toca ahora atravesar con sus vehículos un estrecho y polvoriento camino de tierra, lleno de baches y cercado por matojos y basuras, que antaño era paso habitual de los rebaños de ovejas y cabras.

Otro despropósito más.

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