Dos días después de que las tropas cristianas hicieran alarde de su fuerza y poder en la ciudad de Novelda, el bando de la media luna protagonizó anoche una espectacular Entrada Mora. Desde la calle Reyes Católicos hasta Maestro Ramis, con un público numeroso y entusiasta y la cálida noche que requería el momento, fueron desfilando, una tras otra, las comparsas de Beduinos, Negres Betanics, Omeyas, Damasquinos y Piratas.

Poco después de las nueve de la noche llegaba el gran momento, el esperado escenario en el que los elegantes Beduinos, la comparsa árabe pionera en la introducción de boatos en los desfiles de Novelda, mostraba la corte de luz, sonido y danza que acompañaba a Miriam Lucía Abad Castaño, la Sultana 2014. Festeros de las poblaciones de Almansa, Alaquàs, Ibi, La Vila, Petrer y Monforte del Cid se han sumado este año al innovador boato en cuya representación se han introducido elementos típicos de la vida del pueblo beduino. Y junto a ellos las labores y tradiciones más y características de la capital del mármol.

Arrancó el espectáculo con los cañones de «Moradors del Campet» y tras ellos el portal beduino de Almansa. A continuación una amalgama de color, música, baile, algarabía, marcialidad y mucha fiesta a cargo del escuadrón y los peregrinos venidos de seis pueblos, los guerreros del Jako, los comerciantes de «Som es que Estem», la danza del vientre de las Odalishas, el pueblo y la aristocracia de Beladies y «Fem Por», el acompañamiento de Piraes y Saharawi, las danzas de Inma Cortés y muchos niños: los de Oasis todos menores de 3 años y los de la música y los bailes todos de entre 7 y 10 años.

Y mientras la Sultana apuraba un día y un momento que jamás olvidará, los músicos de la Asociación Musical Virgen de las Nieves Aspe y el dolçainers y tabaleters Els Valerios de La Vila pintaban el boato con sonidos africanos.

Un sueño que acabó al filo de la madrugada de una noche de Moros y Cristianos de Novelda.