El Simpecado de la Hermandad del Rocío de Villena partió ayer desde la iglesia de Santiago hasta el santuario de Las Virtudes, acompañado de más de 2.000 peregrinos. Después de 30 años recorriendo el camino que lleva desde el centro de la ciudad a la pedanía de Las Virtudes, la peregrinación se ha convertido en una de las más multitudinarias que se celebra en Villena, sólo por detrás de la que lleva a la patrona de la ciudad, la Virgen de las Virtudes, desde el santuario hasta la iglesia de Santiago en los días previos a los Moros y Cristianos.

Daniel Sáez, el alcalde de carretas, fue el encargado de sacar el Simpecado desde el templo y subirlo a la carreta tirada por bueyes. A partir de ese momento, donde según el presidente de la Hermandad del Rocío de Villena, José Olivares, «se siente un pellizco de gran emoción», los caballistas y las carretas de tracción mecánica y animal echaron a andar.

A su paso por las calles de la población, numeroso público se agolpó en las aceras para ver la serpiente multicolor de trajes de faralaes. Sólo una parada hicieron en el camino que le llevó a las Virtudes y fue en la iglesia de María Auxiliadora de los Padres Salesianos donde cantaron la salve.

Treinta y nueve casetas abrieron sus puertas en la Parada Rociera y allí se recibieron a amigos y conocidos. Después del rezo del rosario, pasadas las doce de la noche, la fiesta se regó de fino, manzanilla y sevillanas.

Hoy, tras una mañana de fiestas y tiempo para la oración en Las Virtudes, al filo de las seis de la tarde, la romería comenzará su camino de vuelta.