Uno de los argumentos que utilizó González para no entregar el acta a la formación es la posibilidad de que «hagan correr la lista haciendo la vida imposible a la número dos de la candidatura, una persona de mi confianza, para que entre en el Ayuntamiento la actual coordinadora, Silvia Poveda».

González explica que «la agrupación quedó dividida en Elda en 2011 cuando se alientan y permiten una serie de afiliaciones de dos grupos de exmilitantes del PP y un tercero de funcionarios del Ayuntamiento, a los que unía un interés común por vengarse de Adela Pedrosa y repartirse cargos y sueldos». El concejal enumera: «El primer grupo liderado por un exconcejal, famoso por votar con el PSOE hace algunos años en contra del criterio de su partido, a favor de un campo de golf y el segundo liderado por otro exconcejal popular, promotor hace años de una candidatura local integrada por rescoldos del zaplanismo y que últimamente ha trascendido que su familia ha pedido la recalificación de unos terrenos rústicos a comerciales».

La tercera familia integrada en UPyD, según González, está «liderada por un funcionario del Ayuntamiento cuyos hijos tienen una empresa a la que el Ayuntamiento, antes de 2007, dio cientos de obras por valor de más de un millón de euros. Entre estos tres grupos y sus seguidores conforman la dirección local, que más que cargos orgánicos, su parecer se asemeja al de un grupo de revientapartidos».

El edil añade que «si esta ejecutiva local, dirigida por la hija de uno de ellos es un modelo de ética, transparencia, honradez y regeneración democrática, en este partido existe un problema manifiesto de esquizofrenia política, porque todo los hechos que cito han sido publicados y son de dominio público, sin que ustedes -en alusión a la dirección nacional- hayan tomado absolutamente ningún tipo de medida contra esas personas, es más colaboran para que puedan continuar dirigiendo UPyD», concluyó González.