El botiquín de supervivencia para las Fiestas de Moros y Cristianos ya es un clásico en Elda. Se puede encontrar en cualquier farmacia, cuesta entre 30 y 35 euros, contiene los productos imprescindibles para prevenir o curar rozaduras, resaca, dolores en las articulaciones, agujetas, afonía, resfriados, agotamiento, ardores y conjuntivitis y, este año, ha incrementado sus ventas entre un 30% y un 40% respecto al anterior.

Pero la farmacia de Roberto Valero, que fue la precursora de esta iniciativa en los años 80, ha introducido en esta celebración una curiosa novedad. Ha regalado a las abanderadas de todas las comparsas un kit de belleza que contiene gel de baño, champú, toallitas desmaquilladoras, acondicionador para el pelo, leche corporal, mascarillas, un limpiador especial de cutis y, lo más importante, un fotoprotector mineral con brocha apto para todo tipo de pieles.

No hay que olvidar que son cinco largos días y cinco explosivas noches en las que los festeros, y especialmente capitanes y las abanderadas, tienen que realizar dianas, desfiles, procesiones, alardos, actos religiosos, pasacalles y ofrendas. Además, cuando acaban los actos oficiales comienzan los actos oficiosos con las visitas a los cuartelillos para recuperar fuerzas, comentar el último chascarrillo festero, cantar y bailar hasta bien entrada la madrugada.

Resistir tanta fiesta del primer al último día es muy duro y por eso ya forma parte de la costumbre local acudir al milagroso botiquín de supervivencia de los Moros. Una opción que Valero ha querido complementar en esta celebración con el botiquín de belleza extra para las mujeres que ostentan el máximo rango de las comparsas. En principio, el lote ha sido entregado exclusivamente a las abanderadas, pero es muy probable que el próximo año se comercialice al resto de festeras. De momento las que lo están probando dicen que es un «gran regalo».

Un obsequio que recogieron en las vísperas de las fiestas en la propia farmacia aprovechando, además, para hacerse una fotografía con el cuadro de San Antón -obra de Andrés Beltrá- para recibir su protección divina, que también cuenta, y mucho.