Era la medianoche cuando comenzaba la alegre Retreta y el reloj se aproximaba a las dos de la madrugada sin que el acto hubiera finalizado. Las calles repletas de festeros con mucha hambre de fiesta y de público con muchas ganas de disfrutar con las innovadoras evoluciones de los bloques de las comparsas. Un espectacular paso de grupos de festeros dirigidos por sus cabos, que realizan marciales coreografías al son de la música compuesta para ello.

Desde la Plaza Castelar hasta Padre Manjón todo era fiesta. A la comparsa de Estudiantes, encargada este año de abrir la Retreta, les siguieron las de Zíngaros, Contrabandistas, Cristianos y Piratas por este orden. Y tras el bando cristiano tomó la calle el bando moro con la comparsa de Marroquíes al frente seguida de Realistas, Huestes del Cadí y Musulmanes. Todos los participantes vistiendo el traje oficial, dejándose acompañar por pasodobles y marchas festeras, luciendo garbo ante un público entregado y recreándose por el itinerario de las Entradas. Con las evoluciones de los bloques comenzaron años atrás los Musulmanes y les siguieron los Zíngaros. Ahora también los llevan a cabo, entre otras comparsas, los Piratas, Estudiantes, Marroquíes y las Huestes del Cadí con sus graciosos farolillos. Un acto, el de la Retreta, que ha perdido el «cachondeo» de antaño que algunos siguen reclamando para la primera noche de fiestas.