Cándido Martínez Cremades, hombre muy conocido en Novelda por ser el sacristán de la parroquia de San Pedro Apóstol y estar toda su vida vinculado a la Iglesia y a la Semana Santa, falleció en la madrugada del sábado en su casa, a los 66 años, por un posible paro cardíaco después de que su hermana y su cuñado solicitaran la presencia del médico de guardia del centro de salud sin que éste acudiera con la urgencia requerida. Así lo mantiene María Dolores Pérez, la sobrina de Cándido Martínez, que sin embargo sí ha querido agradecer la ayuda prestada por la Policía Local, la Guardia Civil y el SAMU, cuyo equipo médico no pudo hacer nada por salvar la vida a su tío porque al llegar a la vivienda ya estaba muerto.
El primer aviso lo hizo por teléfono a las 3.45 horas la hermana del fallecido después de que éste, que estaba soltero y vivía solo, le llamara porque se encontraba mal y apenas podía respirar.
El doctor le respondió que trasladaran al enfermo a urgencias del centro de salud porque allí tenían todos los aparatos necesarios para atenderlo. Pero al tratarse de una persona obesa -pesaba 115 kilos- y estar semiinconsciente el matrimonio no pudo levantarlo del sillón ni con la ayuda de un vecino y un joven de la localidad que circulaba en su coche por la calle y lo pararon para pedirle ayuda.
El segundo requerimiento lo hizo el cuñado, que llegó a desplazarse en su coche primero hasta el retén de la Policía Local para que enviasen una ambulancia del SAMU y posteriormente hasta al centro de salud, donde volvió a solicitarle al facultativo de guardia que acudiera rápidamente al domicilio de su cuñado porque se estaba muriendo. Tal y como por desgracia así fue. Pero el médico le dijo que no podía salir e insistió en que avisaran a una ambulancia para que llevaran a su cuñado hasta urgencias, cosa que ya no fue necesario porque cuando el SAMU llegó al domicilio sobre las 4.25 horas el óbito ya se había producido.
El médico del centro de salud sí se desplazó finalmente a la vivienda pero lo hizo alrededor de las 4. 45 horas. Casi una hora después de que recibiera la primera llamada de los familiares.
El acta de defunción fue levantada por el médico forense y los hechos relatados denunciados ante este diario por la sobrina de Cándido Martínez, que considera «lamentable» que se haya producido una demora de estas características en la prestación de asistencia médica urgente. Según ha indicado María Dolores Pérez, la familia está esperando conocer el resultado de la autopsia para plantearse adoptar medidas legales.
El centro de salud, por su parte, no niega la asistencia ni el desplazamiento al domicilio del paciente «dado que se atendió la solicitud y se trasladó un médico al domicilio. Y cuando éste llegó ya había un SAMU en el domicilio». Esa es la respuesta oficial.
