San Pancracio recibió en la cálida jornada de ayer una nueva avalancha de peticiones de peregrinos del Alto y Medio Vinalopó, e incluso de muchos otros procedentes de diversas comarcas de la provincia, que se dirigieron al paraje de La Torre de Sax para visitar la ermita del santo de la salud y el trabajo. Se volvió a cumplir con la tradición de encenderle velas, depositarle las flores y el típico perejil en el altar y dedicarle rezos y plegarias sin olvidarse, eso sí, de darle las gracias por lo recibido en el último año y pedirle ayuda para quienes padecen enfermedad o han perdido su empleo. Pero al igual que ocurrió el año pasado la frase más escuchada ayer en el pequeño templo de La Torre fue: «¡San Pancracio trabajo para todos!». Una petición que va camino de convertirse en un clamor teniendo en cuenta que el número de parados registrados en marzo en las oficinas del Servef del Alto y Medio Vinalopó se sitúo en 32.599 personas. Por eso el cura Antonio Andreu también pidió la intercesión divina de San Pancracio «para que ilumine a todos los representantes políticos en las decisiones adecuadas que proporcionen trabajo a quienes no lo tienen».

Ayer la Torre fue un hervidero de personas desde primera hora de la mañana hasta última hora de la tarde mientras niños, y no tan niños, se encargaban de que la «campanica» no dejara de repicar un solo instante. Además, este año era el segundo en el que se retomaba la vieja costumbre de que la pequeña talla de San Pancracio fuera llevada a hombros, en romería, desde la iglesia hasta la ermita. El trayecto se cubrió en hora y media y los participantes acompañaron al santo con altas cañas y pañuelos rojos mientras los cuatro porteadores, hombres y mujeres, se daban relevos para hacer más llevadera la larga caminata.

Antes del almuerzo campestre y de la visita al mercadillo que se instala en la rambla de La Torre, y que este año reunió menos puestos que en ediciones anteriores, los fieles de San Pancracio acudieron a la misa de campaña. Una misa que este año ha vuelto a quedarse con los cuatro palos plantados pero sin lona para evitar el sol. Y en esta ocasión no los han robado, tal y como ocurrió el año pasado en vísperas de la romería, porque son de madera y no de hierro forjado.

Los componentes del cuartelillo «El préstamo» de Sax que, desde hace años colaboran activamente en el mantenimiento de este festejo con más de medio siglo de historia, volvieron a dar muestras de su generosa hospitalidad con los romeros. También ayudan a la Iglesia en la recaudación de fondos con la venta de estampitas, medallas, velas, crucifijos y macetas de perejil bendecido. Unas macetas que, junto a una pegatina que incluye una oración a San Pancracio, daban opción a participar en el sorteo del jamón. Pero no fue el único regalo porque también se sorteó la imagen de un santo que fue a parar a manos de una de las colaboradoras encargada de las velas. En fin, así transcurrió el 1 de Mayo en Sax, el día en el que los peregrinos esperan que la fe acabe con las listas del paro.