Los biarenses vivieron en el ultimo día festivo del largo fin de semana de San Vicente, el Anuncio de Fiestas de Moros y Cristianos, que se celebran desde el día 10 hasta el 13 de mayo.

Los festeros se reunieron en los «masets» de sus comparsas para disfrutar de las primeras horas de un día intenso, así como de un copioso almuerzo, antes de echarse a las calles para envolverse en el aroma a pólvora. El primer «Tró» de la comparsa de Templarios (Blanquets) inició el recorrido y la capitanía «Brillante» fue la encargada de iniciar el acto.

El nieto de Pascual Barceló, que ejerció de capitán con la arcabucería, cedió el primer disparo a su padre, José Antonio Barceló. De esta forma, se viven momentos emotivos en unas fiestas que tienen un gran componente familiar y donde la tradición se traspasa de padres a hijos. La música se abrió paso después de que los arcabuceros de las siete comparsas -cuatro del bando cristiano y tres del moro- calentasen sus armas. Delante de la Sociedad Unión Musical de Biar desfilaron las abanderadas y a su lado, ayudándolas a cargar las banderas, los sargentos. Muchos vecinos veían el desfile desde sus casas, agazapados esperando que el ruido de los arcabuces cesase. La Corporación municipal, capitaneada por la alcaldesa, Magdalena Martínez, la jueza de paz, el presidente de la Junta de La Virgen, los presidentes de comparsas y el párroco cerraron el desfile.

Los aplausos y vítores a las abanderadas se sucedieron al llegar a la plaza del Ayuntamiento. El Anuncio de Fiestas finalizó y la cercanía de los Moros y Cristianos era palpable.

Después, los «masets» abrieron sus puertas para dar cabida a los comparsistas. En este lunes festivo se celebra la primera de las capitanías, donde quienes ostentan este cargo el día 10 de mayo, invitan a festeros, amigos y familiares a compartir con ellos el primero de los aperitivos.

Los festejos de este municipio se caracterizan por su fuerte apego a las tradiciones, que han procurado que los Moros y Cristianos de Biar conserven actos singulares y cuyos inicios se pierden en la memoria colectiva como el «Ball dels Espies».

«Els Combregars»

En este sentido, el día de San Vicente también preserva una de las procesiones más ancestrales de la villa, «Els Combregars». Bien temprano, el curra párroco, Miguel Ángel Cerezo, lleva la sagrada forma de Jesús bajo palio, y es acompañado por la cofradía de «La Sacramental» -la decana del municipio. Después, es tradicional llevar la comunión a las casas de los enfermos e impedidos.