Juan María Olano, el histórico dirigente de Gestoras pro Amnistía, saldrá está misma semana del centro penitenciario Alicante II de Villena tras cumplir, de forma íntegra, la condena de diez años de cárcel que le impuso la Audiencia Nacional.
Fue el juez Baltasar Garzón quien en septiembre de 2007 lo envió por vez primera a la prisión de Soto del Real por haber reiterado su actuación al frente de Gestoras pro Amnistía o Askatasuna -que era su entidad sucesora- lo que, según el dictamen del magistrado, constituía un delito de pertenencia a banda terrorista y provocación para cometer actos terroristas al seguir estas organizaciones la misma estrategia que ETA.
Olano fue trasladado en marzo de 2011 a la cárcel de Villena, donde su compañera sentimental, la también etarra Elena Beloki, cumple desde 2009 una condena de 13 años por pertenencia a Xaki, el aparato internacional de ETA del que se le consideró la máxima responsable. Esta pareja, a la que los Cuerpos de Seguridad del Estado señalaron como destacados miembros de la rama política de la banda terrorista, protagonizó en 2008 un conflicto jurídico y político con connotaciones éticas que causó un gran revuelo mediático.
En junio de ese mismo año la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional le concedió a Elena Beloki la libertad bajo fianza de 6.000 euros para que pudiera someterse a un tratamiento de fertilidad con el fin de poder quedarse embarazada a los 47 años de edad. Olano, que entonces tenía 53, también pidió su excarcelación para el proceso de inseminación pero, en este caso, la Sección Cuarta de la Sala Penal rechazó la solicitud alegando que la asistencia médica requerida para justificar su salida de la prisión no afectaba a su salud, ni mucho menos a su vida, y tampoco podía enmarcarse dentro del capítulo de excarcelaciones por motivos humanitarios.
Meses después de ser puesta en libertad condicional la etarra, a la que le queda algo más de un año de cárcel por cumplir, volvió a ingresar en prisión por orden judicial y fue en diciembre de 2008, estando ya Olano en Soto del Real, cuando éste pidió un traslado extraordinario a un hospital de San Sebastián para participar en el tratamiento de fecundación de su pareja. Sin embargo, la Fiscalía se opuso argumentando que el tratamiento podía llevarse a cabo extrayendo las muestras de semen de Olano en la prisión y congelándolas para su posterior traslado al hospital.
Finalmente en 2011 Prisiones decidió que ambos estuvieran en la misma cárcel, en la de Villena pero como primeros grados dispersos en módulos ordinarios, para que pudieran seguir un tratamiento de fertilidad, que todavía no ha dado sus frutos.
