El Instituto Tecnológico del Calzado y Conexas (Inescop), ha celebrado la primera reunión para constituir un grupo de trabajo sobre «Seguridad de Calzado Infantil» con el objetivo de desarrollar normas técnicas específicas para este tipo de calzado, que tengan en consideración las particularidades del producto y el uso al que va destinado, según las edades de los niños, informaron fuentes del instituto.

Actualmente es habitual que para comprobar la seguridad del calzado infantil se apliquen normas de otros sectores como el del juguete, los artículos de puericultura o el textil, pero no existe una norma específica que establezca cuáles deben ser los requisitos mínimos que debería cumplir el calzado infantil que se comercializa en España, explicaron las mismas fuentes.

«De ahí que la creación de este grupo sea una cuestión de vital importancia, para el sector», añadieron. Por ejemplo, los niños más pequeños suelen llevarse a la boca todo lo que está al alcance de sus manos, y en ocasiones son sus propios zapatos, lo cual implica ciertos riesgos. «Hablamos de riesgos físicos, pues puede haber piezas pequeñas en el calzado que se desprendan con facilidad y produzcan un atragantamiento, pero también puede haber ciertos riesgos tóxicos, asociados a los componentes del calzado. Además, están los riesgos asociados al calce inadecuado que podría perturbar el normal crecimiento del pie en etapas tempranas de su desarrollo», aclaran desde Inescop.

La Administración vigila que los productos que llegan al mercado sean seguros, pero los distribuidores de calzado, y en especial los fabricantes españoles, quieren tener la certeza de que el calzado que fabrican es seguro. Para ello es necesario disponer de normas técnicas que definan los parámetros con los que inspeccionar y medir la seguridad del calzado y en INESCOP «contamos con el equipamiento adecuado y el personal cualificado», señaló su subdirector Miguel Ángel Martínez. A la reunión asistieron una veintena de expertos.