Los participantes de la Marcha por la Dignidad se despidieron ayer de la provincia de Alicante con el amable recibimiento del alcalde verde de Villena pero entraron en la provincia de Albacete, a través de Caudete, con el clima hostil propiciado por el alcalde popular José Miguel Mollá. Primero les negó alojamiento a los manifestantes con peregrinas excusas y luego se encaró ante todos ellos, con temeraria altanería, en la misma puerta del Ayuntamiento, mostrando una actitud provocativa y llamándole a uno de ellos «hijo de puta». Era su respuesta a la consigna «¡José Miguel, cabrón, trabaja de peón!» que algunos participantes en la Marcha corearon por las calles de Caudete antes de llegar al Consistorio donde, tal y como vienen haciendo en todos los municipios, iban a entregar su manifesto en el registro municipal antes de dar lectura al mismo.

«A ver, un momentico, ¿quién ha sido el que ha estado diciendo José Miguel cabrón, eh?» preguntó el alcalde en tono amenazante al llegar los integrantes de la Marcha por la Dignidad al Ayuntamiento. «Yo» respondió uno de ellos procedente de la columna de Murcia. «¿Y usted por qué me dice a mi cabrón?» le inquiere el alcalde mientras su interlocutor le responde«Porque no le conozco» a lo que Mollá le espeta: «¡Ah, algo parecido a si yo le digo a usted hijo de puta!». La tensión crece y los gestos se tornan violentos, algunos manifestantes se acercan al alcalde para reprobar su actitud mientras otros lo graban con sus móviles, él les llama «rojos», arrecian entonces los gritos de «¡Cacique!», «¡Sí se puede!» y «¡Esto nos pasa por un Gobierno facha!» hasta que los agentes de la Guardia Civil y Policía Local median en el conflicto para evitar lo que podría haber terminado en grave altercado.

La primera traba con la que los manifestantes se encontraron en Caudete fue con la negativa del primer edil a cederles un edificio municipal para pernoctar en la localidad antes de trasladarse a Almansa, donde hoy cubrirán la quinta etapa que acaba en Chinchilla. Una postura que contrasta con la hospitalidad que los participantes en la Marcha por la Dignidad se habían encontrado entre el lunes y el miércoles en Aspe, Elda, Sax y Villena. No así en Novelda, donde gobierna la popular Milagrosa Martínez, y donde se les impidió cruzar el casco urbano siendo desviados por las afueras.