La red de salmuera (salmueroducto) Pinoso-Torrevieja ha sufrido una rotura este fin de semana en el Monte Cabezo de la Sal, en el paraje del Faldar, provocando un vertido de más de un millón de litros de agua mezclada con más de 300 toneladas de sal. Son las estimaciones -a la baja- realizadas por los miembros de la Plataforma Cabezo Libre de Petróleo-Asociación Levantina de Defensa Ambiental teniendo en cuenta, en sus cálculos, que el problema sólo ha persistido un día.

Con un índice de concentración salina tan elevado, el caudal del vertido adquiere una naturaleza «tóxica y corrosiva» dañando cualquier ecosistema y esterilizando los cultivos agrícolas o la masa forestal con la que entra en contacto. Pero, además, los acuíferos de agua dulce circundantes también podrían sufrir daños por las filtraciones subterráneas. Sin embargo, sus perjudiciales efectos no se notarán a corto plazo. Habrá que esperar unos meses.

El vertido fue detectado casualmente al mediodía del domingo por varios miembros de la Plataforma Cabezo Libre de Petróleo entre los que se encontraba su presidente, Francisco Vidal. Según relató ayer a este diario «mientras acompañábamos a algunos miembros del Ateneu Cultural Republicà de Petrer, con los que habíamos quedado para realizar una ruta a pie por el Cabezo, nos dimos cuenta de que el normalmente escaso caudal del denominado río Salado, que brota de la falda sur de la montaña era más abundante de lo normal. Fuimos remontándolo y así pudimos comprobar que había un pequeño barranco que no suele llevar agua si no llueve y que, sin embargo, estaba aportando al río mucha agua y muy turbia haciéndolo triplicar su caudal». Los ecologistas ya sospecharon en ese momento que se había producido una fuga o rotura en las instalaciones de la salinera del Cabezo, unas sospechas que unas horas más tarde, tras despedir a los integrantes del Ateneu, pudieron constatar tras inspeccionar la zona.

Efectivamente el salmueroducto se había roto en un tramo ya posterior a las instalaciones de Torresal, de camino a Torrevieja, pero aún en el propio monte Cabezo de Pinoso. El vertido de salmuera -de unos 300 gramos de sal por cada litro de agua- descendía barranco abajo hasta enlazar con el río Salado, y de ahí hacía los términos de Algueña y El Cantón por donde discurre el cauce. «Inmediatamente llamamos a la empresa en Torrevieja, al técnico de Medio Ambiente y hasta al teléfono particular de un trabajador de mantenimiento pero no tuvimos éxito», explica Vidal. Esta circunstancia, unida a la necesidad de taponar la fuga lo antes posible, les llevó a acudir a la Guardia Civil para comunicar lo sucedido con el fin de avisar a los responsables.

Ayer al mediodía este diario pudo comprobar que el vertido había cesado y se estaban acometiendo obras en las conducciones para reparar la avería. Sin embargo, el rastro del nocivo vertido de salmuera era perfectamente visible.