El Ayuntamiento de Aspe retiró ayer de la fachada lateral de la Basílica de Nuestra Señora del Socorro el monumento colocado, después de la Guerra Civil, en homenaje a los caídos en Aspe. Un operario acababa así con la polémica placa que rezaba «Caídos por Dios y por España. José Antonio Primo de Rivera ¡Presente!» acompañada del yugo y las flechas falangistas, una gran cruz y las placas con la relación de los caídos del bando nacional para cumplir así con la Ley de Memoria Histórica.

La actuación ha sido posible después de la firma de un acuerdo con el Obispado Orihuela-Alicante, la aprobación de la comisión de Patrimonio, donde se encuentran representantes de la Conselleria de Cultura y Patrimonio, por tratarse de un edificio protegido, y la consulta a los representantes de los familiares allí colocados.

El alcalde de Aspe, Manuel Díez, destacó «la normalidad de esta actuación, con el mayor consenso posible y que no va contra nadie». «Se trata del cumplimiento de una ley estatal que pretende seguir apostando por los principios constitucionales que nos han permitido vivir en paz, en armonía y respeto a todos los españoles y a todos los aspenses», argumentó el regidor.

Díez quiso hacer hincapié en la complejidad de esta actuación por las cuestiones de «autorizaciones, permisos y estudios previos al tratarse de un edificio histórico de gran valor, como es nuestra basílica; pero también por la cuestión personal y de diversas sensibilidades que despiertan estos temas».

Tan es así que, como se recordará, un vecino de la localidad tachó en agosto de 2012 las placas con spray rojo en protesta por el incumplimiento de la Ley de Memoria Histórica en la localidad. Aquella acción despertó el debate en Aspe sobre la retirada de los símbolos franquistas de los espacios públicos y forzó de alguna manera que se adoptara una solución.

De hecho, los primeros contactos del Ayuntamiento con el Obispado se llevaron a cabo en septiembre de 2012 pero los trámites a seguir desde el punto de vista patrimonial alargaron el proceso hasta ayer por la mañana. El alcalde socialista afirmó que «creo que hemos actuado con el mayor de los respetos hacia todo el mundo y con la mirada puesta más hacia el futuro, que hacia el pasado». «Estamos mejorando nuestra convivencia, y nuestro espíritu democrático colectivo», añadió.

Todos juntos

El alcalde, Manuel Díez, anunció que el Museo Histórico Municipal acogerá los nombres de los 108 aspenses fallecidos como consecuencia de la Guerra Civil -nacionales y republicanos-, «en un homenaje de todo el pueblo hacia unos hombres y mujeres a quienes les tocó vivir en una de las etapas más convulsas y fratricidas de la historia de España». Se desecha así la primera idea de colocar un atril en la basílica.