Recuperar el patrimonio y ponerlo en valor. Con esta premisa, la Concejalía de Patrimonio ya ha localizado seis refugios utilizados durante la Guerra Civil diseminados por el casco urbano de Elda y proyecta convertir al menos uno de ellos en visitable en un futuro.

El primer paso se dará el año que viene en que se comenzarán a abrir estos lugares escondidos para comprobar su estado y poder documentarlos, según explicó el edil del área, José Mateos. «Picaremos en los lugares que nos indiquen los expertos, donde sabemos que existieron, y ya después decidiremos cual de ellos se recupera», precisó el edil. En este proceso, para el que la concejalía cuenta con el asesoramiento del profesor de la Universidad de Alicante José Ramón Valero Escandell, participarán arqueólogos, historiadores y arquitectos.

Estos refugios están localizados en la Plaza de la Constitución -con entrada por la calle Espoz y Mina-, en el Casino-Castelar, en las escaleras del Paseo de la Mora -entre la calle Dos de Mayo y el barrio de Numancia-, y en la pinada de acceso a la estación. Se sabe de la existencia de dos más, en la antigua fábrica Rivas -en la calle Padre Manjón- y en la de Gil Alcaraz, pero ambos fueron destruidos al construir el edificio Esmeralda y al derribar el cine Lis respectivamente.

Los más factibles

Por los datos recabados seguramente los de las escaleras de Dos de Mayo y el Ayuntamiento serán los más factibles de recuperar, aunque dependerá de su estado y extensión. «Es parte de nuestra historia y debemos ponerla en valor, además aquí con el plus de que esta zona fue el último reducto de la República», argumenta Mateos. «Hay que recordar que Negrín salió de El Poblet hacia Francia y la Pasionaria hizo lo propio hacia Argelia desde una casa que ya no existe en la Avenida del Mediterráneo y todo se podría contar en un centro de documentación instalado en un refugio de la guerra», añadió. Pero para que este centro sea una realidad deberán pasar aún algunos años, puesto que el dinero es limitado en estos tiempos. «La primera fase que acometeremos en 2014 no supone una gran inversión y ya es un comienzo», opinó Mateos.

El edil quiso hacer hincapié en que «no se trata de reabrir heridas sino de que nuestro patrimonio y nuestra historia no se pierda». Además, explicó que en realidad fue el miedo el que provocó que se construyeran estos refugios ahora ocultos puesto que en Elda no se produjeron bombardeos ni fue escenario de ningún frente bélico. «Esta zona fue más bien de acogida, aquí se instalaron varios hospitales donde traían a los heridos del conflicto», explicó el responsable de Cultura y Patrimonio.