Una amplia dotación de agentes de la Policía Local, Policía Autonómica y Guardia Civil han mantenido durante buena parte del fin de semana un dispositivo preventivo en Monforte del Cid. De este modo pretendían garantizar el orden y asegurarse de llevar a cabo una rápida y eficaz intervención tras la violenta disputa protagonizada por dos clanes de raza gitana. Pero finalmente, pese a la tensión vivida durante largas horas, no fue necesaria la actuación policial al aceptar una de las familias enfrentadas marcharse a otra ciudad para evitar problemas.

El conflicto estalló al mediodía del sábado y se mantuvo hasta primera hora de la tarde del domingo. Al parecer, varios miembros de uno de los clanes accedieron a un piso del bloque conocido en Monforte del Cid como «las viviendas de los maestros» y causaron importantes destrozos en su interior. Era una supuesta venganza por un hecho violento cometido con anterioridad y del que nada ha trascendido al imperar en estos casos la «ley del silencio». Antes de que entre ambas familias se produjera una reyerta de trágicas consecuencias, y todo parecía presagiar que así iba a ser, se convocó al consejo de patriarcas. Representantes de los diferentes clanes procedentes de toda la comarca acudieron a Monforte unas horas más tarde para buscar una salida pacífica al conflicto. Y lo consiguieron sin que se produjeran más hechos violentos ni hubiera ningún derramamiento de sangre. Los miembros de una de las familias enfrentadas, compuesta por cuatro hermanos y sus respectivas esposas e hijos, recogieron rápidamente todas sus pertenencias y se marcharon con destino al norte de España. Y lo hicieron en el plazo de 24 horas que se había acordado previamente en el consejo de patriarcas. Según han indicado fuentes cercanas al caso, esa misma familia, que llevaba cerca de dos años residiendo en Monforte, ya había tenido problemas de convivencia en la localidad y con anterioridad en Alicante y Elche.