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De Museo de Villena a edificio fantasma

El Ayuntamiento del municipio pide al Consell que prosiga con los trámites de licitación para la rehabilitación del edificio de la electroharinera - La primera fase de las obras de reforma costará a la Generalitat cerca de 3,5 millones de euros

De Museo de Villena a edificio fantasma Jesús Cruces

La electroharinera de Villena es un edificio fantasma habitado sólo por palomas que han roto gran parte de las ventanas, han agujereado el tejado y creado una alfombra de excrementos en el suelo. Por ello, el Ayuntamiento de Villena, en pleno y por unanimidad, reclamó a la Generalitat Valenciana que ejecute la primera fase de la rehabilitación del inmueble, una obra pendiente del Plan Confianza. El presupuesto previsto para los primeros trabajos alcanza los 3.445.621de euros.

Primero fue la Diputación Provincial la que aparcó el proyecto y ahora, es la Generalitat Valenciana la que dilata los trámites.

Con el proyecto redactado para convertirse en el museo de la ciudad, que albergue la recopilación etnográfica que legó Jerónimo Ferriz con más de 7.000 piezas -carruajes, motocicletas, aperos de labranza y una gran biblioteca- y el Museo Arqueológico José María Soler ocupando el Tesoro un lugar relevante, la electroharinera parece caerse a pedazos por la falta de mantenimiento. De poco le han servido los trabajos realizados para su mantenimiento y la catalogación de las piezas de Ferriz en las cinco campañas financiadas con fondos del programa Encorp. Todo el trabajo hecho, ahora está por los suelos.

Levantada en el siglo XIX y ubicada en las cercanías de la estación del ferrocarril, la fábrica de la luz logró los informes para ser declarada Bien de Relevancia Local, pero el paso del tiempo ha hecho mella en un edificio abandonado a su suerte. La última de sus desgraciadas fue la caída de parte de una cornisa a la vía pública. Finalmente, se eliminó por peligro de desprendimiento gran parte del alero del tejado así como una chimenea oxidada. El edificio ha pasado de estar en un buen estado de conservación en 2006 a un lamentable estado, y en breve a una ruina si nadie lo remedia.

El inmueble pertenecía a un conjunto de edificaciones de la antigua fábrica de harinas y con el excedente de su electricidad daba luz a gran parte del casco urbano. Tras el cese de su actividad inicial como harinera, albergó cámaras frigoríficas, para fruta principalmente. Posteriormente, fue adquirido por Jerónimo Ferriz y en él ubicó su colección etnográfica. Actualmente, el edificio y la colección son propiedad del Ayuntamiento de Villena.

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