El toro del Portichol ya luce bravo y garboso junto a la autovía de Alicante-Madrid en el puerto desde el que domina todo el Valle de las Uvas. En abril unos desconocidos llenaron de pintadas multicolores todo su negro cuerpo con la firma «Los Litel» acompañada del dibujo de dos setas.

Es la tercera vez en los seis últimos años que la emblemática valla publicitaria que Osborne instaló en Monforte del Cid en 1957 es objeto de un acto vandálico de estas características. Fechorías cuyas consecuencias son, por cierto, mucho más graves de lo que puede llegar a pensarse porque estos gigantescos astados están protegidos al tener la consideración de BIC.

Es el propio Grupo Osborne el que se encarga de su restauración y sus responsables, tras ser informados en mayo por este diario de lo sucedido, tomaron nota y enviaron hace unos días a un grupo de operarios para lavarle la cara al toro y darle una buena mano de pintura negra. Y es así como ha podido recuperar todo el esplendor con el que cautiva a niños y mayores a su paso por la autovía.