La colla «El Terròs» anunció, con dulzainas y tamboriles, el segundo día de «Carasses» de Petrer que se celebró ayer sábado. Poco a poco, las sillas instaladas en la plaza de Baix se llenaron de un público dispuesto a aguantar las chanzas y bromas de «Les Carasses».

Vecinos de la localidad, en grupo o de forma individual, cubiertos con la «carassa» -una tela blanca encima de la cara donde van dibujados los ojos, boca y nariz- se acercaron al público preguntando con voz distorsionada: «¿qui soc?». Pelucas, sombreros, guantes y cualquier prenda de vestir recogida del baúl de las abuelas es suficiente para confeccionar el disfraz y retar a los viandantes a que reconozcan quién va bajo la ropa.

La antigua tradición se eliminó del programa de actos de las fiestas en honor a la Virgen del Remedio en 1962 y fue rescatada en 1978. A pesar de sufrir distintos baches, en la actualidad parece recobrar adeptos.

«Les Carasses» se celebran -según la tradición- los tres domingos posteriores a la fiesta de la Virgen del Remedio, patrona de Petrer, pero hace ocho años, con el fin de implicar a los más jóvenes, se decidió realizar una de ellas en sábado y por la mañana organizar un taller de «Carasses», que este año se cayó del programa.

Esta fiesta de disfraces -según una investigación de Vicent Navarro- se celebra desde el siglo XVII, cuando unas cien familias de la Foia de Castalla llegaron a Petrer para repoblar la zona e importaron esta tradición.