Radioaficionados de Barcelona, Madrid, Murcia y Valencia acudieron ayer al mercadillo de segunda mano, que cada año organiza el Radio Club de Elda. La excusa es buscar un equipo o distintas piezas a buen precio pero, finalmente, terminan compartiendo experiencias. Muchos de ellos son viejos conocidos a través de las ondas y utilizan estos encuentros y mercadillos para ponerle cara a la voz amiga.

Centenares de radioaficionados y curiosos han escrudiñado entre emisores y receptores instalados en la plaza cercana a la Farola de Elda a la búsqueda de la pieza que les falta. El presidente del Radio Club de Elda, Joaquín Máñez, calificó de «exitosa» esta edición por el numeroso público que se acercó al mercadillo.

Allí mismo, y para dar a conocer este pasatiempo, el Radio Club instaló una unidad móvil de emergencia. Máñez señaló que «las comunicaciones por radio son básicas cuando fallan las digitales porque con un hilo y una batería puedes establecer conexión con cualquier parte del mundo» y añadió que «es un sistema que sigue siendo muy efectivo».

El presidente de la asociación eldense explicó que «finalmente no ha podido venir el camión militar que teníamos previsto, pero hemos sacado equipos de carácter militar que compramos hace un tiempo». Unos emisores que se utilizaron en la Guerra del Golfo y que son de fabricación británica.

Pegados a su emisora, los radioaficionados viven entre códigos y camaradería y reconocen que con la llegada del móvil, algunos se descolgaron de esta afición. Máñez subrayó que «los que dejaron de lado esta pasión son los que utilizaban el sistema como un método de comunicación más barato».

Son muchos los que encuentra en este sistema de comunicación una aventura diaria al no saber si las ondas y la climatología les dejaran hablar con un habitante de Andorra o de Nueva Zelanda.