El profesor Carlos Marco, tutor del curso de Atención Sociosanitaria del instituto Valle de Elda en 2010, y de quien se señaló en su día que se le había abierto un expediente, y que también fue recusado y expulsado con anterioridad de otros institutos, «nunca ha sido incurso en ningún expediente ni sanción». Así consta en el certificado que ha expedido el jefe de la sección de personal de la Conselleria de Educación tal y como este diario ha podido comprobar.

«Lo que yo sufrí -afirma Marco- no se lo deseo a ningún profesor porque en ese instituto se cometió la mayor aberración educativa y pedagógica. No hizo falta abrir expediente porque yo inmediatamente demostré que todo lo que se me imputaba era una gran falacia. Yo había expulsado, como correspondía, a unas alumnas que no dejaban dar clase y que me insultaron. La paradoja -prosigue- es que las alumnas más maleducadas que jamás había visto -algunas llegaron a pegarse entre ellas- se rebelarán contra mí difamándome. Todo fue un montaje inducido por profesores y jefes del departamento de servicios socioculturales que vieron en el incidente la manera de hundirme, porque les había denunciado ante el gran fraude de absentismo laboral que había. Yo demostré la falacia que eran todos los infundios que me propinaron. Yo daba mi tema y lo tenía entregado y señalado, y los ejercicios puestos. Se publicó la canallada de que yo les hacia propuestas sexuales o que las perseguía por los pasillos, pero nunca salió quién decía eso y pedí que se visionaran las grabaciones de las videocámaras para comprobar que mi conducta era correcta y cumplidora. Y ya nadie volvió a decir nada. Ya antes ciertos profesores corruptos, por mi denunciados, justificaban que me habían enviado a la Policía al IES porque yo iba persiguiendo a una profesora: las cámaras demostraron que era falso. Sufrí un mobbing feroz y el propio tutor del curso anterior informó del pésimo comportamiento de esas alumnas dándome toda la razón». Tras citar otras falsedades, el profesor Marco señala que «se generó el efecto bola de nieve contra mí a base de difamaciones extendidas por mis compañeros corruptos, que aprovecharon el incidente para enfrentármelas diciendo que yo las iba a expulsar, y a las alumnas les vino de perlas porque, además, yo era exigente. Fue una maniobra urdida para ocultar lo único de verdad reprobable: el fraude laboral de tomo y lomo que se había realizado en mi departamento y al que me negué a unirme», concluye el profesor Marco.