El grupo de carniceros ha recuperado la festividad de San Bartolomé. Una celebración que el año pasado quedó sin la presencia de muchos de ellos y que el pasado domingo retomaron con fuerza.

En la ermita de San Bartolomé los carniceros reunieron a amigos y conocidos para celebrar una misa de difuntos y compartir un almuerzo compuesto en su gran parte por derivados del cerdo: longanizas, morcillas y chorizos. Más de cien kilos de embutido pusieron encima de las mesas colocadas en la explanada de la ermita. Menos cantidad que años anteriores en los que el grupo logró congregar a más de 400 villeneros.

A penas un centenar de clientes y amigos se acercaron ayer a la ermita del patrón del gremio donde se le brindó un homenaje a José Antonio Espinosa, un constructor que les ayudó en la recuperación de la ermita

La fiesta dominical la iniciaron diez carniceros en el año 1996 con motivo de la recuperación de la ermita, que había quedado en desuso. En una década, han logrado mantenerla en pie y acondicionar la explanada que la circunda, a pesar de la amenaza que durante años supuso la llegada de las vías del AVE y por las que estuvo a punto de desaparecer.

Quienes hasta la ermita se acercaron ayer se encontraron con una alta estructura que separa la zona de las vías ferroviarias.