Juan Francisco Martínez es uno de esos amantes de los animales en general, y de las gallinas en particular, que hace tres años tuvo un sueño que ha conseguido hacer realidad dedicándole tiempo, esfuerzo y mucha ilusión. Su sueño se llama "El corral de Leo" y es un criadero de gallinas autóctonas de razas españolas en vías de extinción. Sobre todo de la murciana y de la alicantina, una gallina esta última de la que una década atrás apenas quedaba una decena de ejemplares en toda la Península Ibérica y a la que algunos expertos llegaron, incluso, a dar por completamente desaparecida.

Pero no fue así y el objetivo de Juan Francisco es que jamás se vuelva a correr ese riesgo. Por eso está empeñado en conservar las razas de las gallinas autóctonas más antiguas y con la mayor pureza posible en su finca próxima a la Peña Rubia de Sax. Un criadero en el que tiene actualmente unos 250 ejemplares -60 de ellos son reproductores- de seis especies diferentes que viven en régimen de semilibertad, separados por razas y en corrales de 500 metros cuadrados. Pero además de estar muy bien cuidadas, las aves más bellas también viajan. Su dueño las presenta en los concursos de perfección de raza y cada vez ponen el listón más alto.

"La verdad es que es una afición cara pero yo soy de los que piensa que debemos conservar lo nuestro y no permitir que la gallina que ha estado toda la vida en nuestros campos, la alicantina, termine extinguiéndose por la "invasión" de las ponedoras Isa Brown", que son las gallinas industriales importadas de Estados Unidos. Pero Juan Francisco Martínez tiene otro sueño. Quiere crear la primera granja de España de gallinas autóctonas criadas de forma ecológica. Otro sueño que tarde o temprano hará realidad. Pero antes la Asociación Gallina Alicantina, a la que él pertenece y que ya cuenta con grupos de criadores en toda la Comunidad Valenciana e incluso en Lleida, quiere conseguir el reconocimiento oficial, por parte del Ministerio, de la Gallina Autóctona de Raza Alicantina.