"Más que si fuera una boda". Así vivieron ayer en casa de los Quiles la preparación del capitán de la comparsa que abrió la Entrada Mora ayer, Luis Quiles. La definición es de su madre, Encarna Fernández, que no daba abasto en los momentos previos del "gran día". Si ya de por sí para un festero ser capitán de su comparsa supone vivir las fiestas más especiales de todas, compartir la capitanía con su hermano Alejandro y tener al lado de abanderada a su prima, Rocío Vidal, las hizo en esta ocasión inolvidables y muy ajetreadas en casa de Luis.

Allí se reunieron familiares y amigos y su novia para seguir el proceso de vestuario y maquillaje. Los nervios y la expectación se palpaban en el ambiente, mientras el protagonista se sometía a las brochas y pinceles de las maquilladoras aparentemente tranquilo. "Espero estar a la altura porque mi hermano dejó el listón muy alto en la Entrada Cristiana. Sólo espero hacer una buena Entrada y que el público se divierta", explicaba Luis mientras los diseñadores Juanan y Alex, de Creaciones Milady, le iban colocando las botas blancas que luciría poco después. "Todo está hecho en exclusiva para él, con telas especiales y piezas realizadas a mano", relataba Juanan. Un traje trabajado que cuenta la historia de San Juan Bautista y Salomé. Y difícil de llevar. Sólo la capa pesaba unos diez kilos y el espectacular turbante blanco y rojo con monedas cosidas, unos siete. "Me he preparado físicamente yendo al gimnasio y a natación", desveló Luis, que también ha recibido diez clases de equitación "para poder defenderme solo con el caballo".

Luis Quiles padre ya fue capitán de los Musulmanes en 1990 y ayer no podía disimular la emoción por ver a sus dos hijos preparándose para salir en la Entrada. Sin embargo, el que más reciente tiene la experiencia fue el encargado de darle un consejo a su hermano, "que esté tranquilo y disfrute porque para mí fue aún más increíble de lo que había soñado", le recomendó Alejandro.

Los dos hermanos sólo se llevan dos años -Luis tiene 27 y Alejandro casi 25- y reconocen que "han cumplido un sueño" porque "nos apuntaron de pequeños sin saber si de mayores seríamos festeros o no, pero lo somos y poder compartirlo nos hace muchísima ilusión".

Se acerca la hora. A las 18 horas deben estar listos en la Plaza Castelar, tres horas después de que la maquilladora comenzara su tarea.