Los niños y usuarios de la Asociación para Discapacitados Psíquicos de Villena y comarca (Apadis) no irán al colegio de educación especial, ni al de atención temprana, ni a los talleres ocupacionales el próximo 7 de enero. Las puertas de Apadis seguirán abiertas, pero los padres, tal y como decidieron en asamblea, se quedarán con sus hijos en la entrada redactando las cartas que van a enviar al Defensor del Pueblo como muestra de su disconformidad con los impagos de la Generalitat Valenciana. Los impagos han provocado que 70 de los 84 trabajadores que componen la plantilla lleven seis meses sin percibir su salario.

La medida, que tiene fecha de inicio pero no de finalización, afecta a unos 200 usuarios de Apadis. A todos, menos a los usuarios de la residencia, donde viven todo el año más de diez huérfanos.La decisión se tomó en una asamblea en la que afloraron sentimientos de indignación y tristeza porque un proyecto, por el que ha apostado la ciudad de Villena durante cuarenta años, se venga abajo al no llegar el dinero desde Valencia. Un total de 857.372 euros es la deuda del Consell con esta asociación que se dedica a los cuidados de personas con síndrome de Down y otras dolencias desde que nacen hasta sus últimos días.

Pero Apadis no consentirá esta vez que se le lleguen las migajas en forma de aguinaldo. Más de una voz se alzó durante la reunión diciendo que "no porque paguen una parte de la deuda el día 7 de enero volveremos a la normalidad", insistiendo en que "tienen que pagar la totalidad porque si no dentro de dos meses estaremos igual".

Impotencia de los trabajadores

En una asamblea que reunió a unas 300 personas en una sala de la Casa de la Cultura en la que apenas cabía un alfiler, el presidente de la asociación, Luciano Martínez, indicó que "los centros no los podemos cerrar porque legalmente es imposible", a lo que matizó que "si se sigue así no podremos pagar la luz, ni el agua, ni la calefacción, ni el transporte, ni el comedor, y por mucho que las puertas estén abiertas no podremos dar servicio a los alumnos".

"Impotencia" fue la palabra más nombrada en una asamblea donde brotaron historias humanas que rayan la desesperación, tanto por parte de los padres como de los trabajadores. Seis meses sin percibir una nomina dan, como indicó una de las trabajadoras, para "pedir dinero a nuestros padres, a nuestros hermanos y no saber qué hacer". Alguno de los más veteranos de la plantilla expresó "Apadis vive artificialmente sobre nuestras espaldas", y añadió que "si se llevaran al corriente los pagos habría cerrado hace tres meses".

Aunque el presidente está "casi seguro" de que el dinero llegará en los primeros días del año, hizo un llamamiento a la unidad de todos los padres que salvar la asociación. Indicó que a los trabajadores se les van a pagar 500 euros a cada uno antes de Navidad, para lo que han tenido que vaciar las cuentas de Apadis, dejándoles sin margen de maniobra para hacerse cargo de otros recibos como el de la calefacción.