Cuando se han cumplido cinco años del asesinato del alcalde de Polop Alejandro Ponsoda y tres desde que se practicaron las primeras detenciones, el único de los imputados que sigue en prisión es precisamente el primero de los implicados al que se detuvo. Raúl Montero Trevejo está considerado como uno de los autores materiales del crimen, aunque su estancia en prisión no tiene nada que ver con el crimen, ya que cumple una condena de seis años por tráfico de drogas y por tener un arsenal de armas.

Hasta cinco veces ha cambiado de abogado desde entonces. Hasta ahora todos eran de oficio, pero en el último mes ha optado por contratar otro particularmente, pero que fue recusado por el resto de las defensas al haber representado a otro de los imputados al inicio del proceso.

La detención de Montero Trevejo fue el hilo del que fueron tirando los agentes de la Guardia Civil para detener al resto de los sospechosos de haber participado en la trama para asesinar al alcalde polopino y que culminó con el arresto de la persona que sucedió a Ponsoda en la Alcaldía de este pequeño municipio del interior de la Marina Baixa, Juan Cano.

La Guardia Civil implica en el asesinato a Cano, junto con los dos responsables del club de alterne Mesalina, Pedro Hermosilla y Ariel Gatto, y el empresario polopino Salvador Ros, como autores intelectuales del crimen; mientras que Montero y los checos Radim Rakowsky y Robert Franek como los autores materiales del asesinato. Ponsoda fue tiroteado a la entrada de su casa el 19 de octubre de 2007 y falleció el día 27 de ese mismo tras pasar varios días en estado crítico en el Hospital General de Alicante.

La principal prueba contra todos ellos es la declaración de un testigo protegido que asegura que le ofrecieron cometer el asesinato y, al no ponerse de acuerdo con los honorarios, los presuntos conspiradores acudieron a los checos.

Montero Trevejo estaba entonces en paradero desconocido para afrontar el juicio por el que cumple condena en la actualidad. Las escuchas telefónicas que se practicaron a los miembros de su familia en Badajoz llegan a reflejar el interés que tenían los agentes de la UCO de la Guardia Civil (la unidad de élite que se hizo cargo de la investigación) en encontrarle antes de que lo hicieran otros agentes. Meses después consiguieron localizarle oculto en Albatera con una identidad falsa.

Aunque jamás ha reconocido tener relación con el asesinato, sí que admite haber participado en alguna reunión donde se habló de matar al alcalde de Polop, llegando a situar en esas reuniones al empresario Salvador Ros. "Buscad a otros con más dinero que yo", espetó a los periodistas el día que fue trasladado a la Audiencia de Alicante para comparecer por la causa que tenía pendiente allí.

En estos momentos, la investigación sigue centrada en el testigo protegido. Concretamente deberán testificar agentes de la Guardia Civil que realizaron en las fechas próximas al crimen una redada en el Club Mesalina. Las defensas quieren preguntarles si el testigo estaba trabajando o no durante esa época en el club de alterne.