Los ladrones están "peinando" el término rural de Novelda en busca de cualquier fruto, objeto o producto susceptible de ser robado para ponerlo a la venta en el mercado negro. En las dos últimas semanas las sustracciones en el campo se han disparado y han tenido como botín desde cosechas de albaricoques hasta herbicidas, combustible, sustancias fitosanitarias, herramientas, cables eléctricos, aperos agrícolas, cadenas de caminos y cualquier utensilio que contenga hierro o cobre. Y esta situación de inseguridad, que suele ser habitual a finales de año durante la recolección de la preciada uva de mesa pero no en estas fechas primaverales, está causando desesperación y enfado entre los agricultores, que reclaman más vigilancia por parte de la Policía Local y la Guardia Civil.

Mil kilos de albaricoques se llevaron los ladrones de una finca de 300 árboles situada en la partida de Moteagud. El "golpe" lo tenían muy bien estudiado. Conocían la zona, sabían que la fruta estaba en el momento idóneo de maduración y accedieron al lugar, a través de una parcela abandonada de nísperos, con los primeros o los últimos rayos del sol del sábado o el domingo. Acudieron presumiblemente con un furgón y en apenas unas horas los albaricoques se pondrían a la venta en algún mercadillo popular de cualquier ciudad de la provincia. En este caso las pérdidas para el dueño rondan los 1.300 euros, el 10% de la cosecha.

En las inmediaciones también han forzado las puertas o ventanas de las casetas agrícolas ubicadas en dos fincas de uva de mesa. De una se llevaron dos viejas mochilas de sulfatar fabricadas con cobre y de la otra sustrajeron 100 litros de herbicida y diversos productos fitosanitarios cuyo precio de mercado supera los 2.000 euros. Pero no es lo único. En Monteagud los ladrones se llevan ya hasta las cadenas de hierro que impiden el paso de los vehículos a los cultivos e incluso arrancan las vigas de sujeción de los parrales. Por eso insiste Pedro Rubira, responsable de Asaja Novelda, en reclamar más presencia policial "y más atención y rapidez a la hora de acudir cuando los agricultores les llamamos por teléfono para informarles de un hecho sospechoso o de un robo". De robos en el campo también sabe mucho Rosendo Sánchez. Su finca Casa Alta, en la partida noveldense de Betíes donde cultiva uva y tomates "Rosendos", ha sufrido tres "golpes" en mes y medio. Primero le robaron 1.000 litros de gasoil -1.400 euros- en dos asaltos tras forzar la puerta donde se encuentra el depósito de combustible; y hace tan solo unos días los ladrones se llevaron del taller ubicado dentro de su finca de 50 hectáreas todo lo que tenía hierro: maquinaria, radiales, alargaderas, cables, raíles y útiles. En total 800 kilos de metal. Unos 1.000 euros de botín. "Pero lo más indignante del caso -comentaba ayer el afectado- es que como estas bandas se sienten impunes ante la ley y la finca es tan grande, pues incluso entran a robar estando nosotros dentro". Una situación que desespera y cabrea a los agricultores de Novelda.