La caída del precio de la vivienda continúa en caída libre. En medio de la prácticamente paralizada actividad de compraventa, la devaluación de precios continúa sin tocar suelo y a estas alturas comprar un piso en Elda resulta ya bastante más barato que en los años previos al "boom" de la vivienda, cuando al calor del auge de la construcción y de la alegría en la concesión de préstamos hipotecarios los precios se animaron más que nunca.

El primer trimestre del año no ha venido sino a confirmar que el desplome del mercado inmobiliario continúa, consolidando a la capital del Medio Vinalopó como una de las ciudades más baratas para comprar un piso, ya no solo de la provincia o de la Comunidad Valenciana, sino de toda España. Y es que, si bien es cierto que Elda no vivió en su momento, por sus características, un auge inmobiliario tan intenso como el de otras ciudades, y muy especialmente las costeras, también lo es que, pese a sus precios notablemente más bajos, la capital comarcal es una de las urbes de la provincia con menos movimiento inmobiliario, y a estas alturas cuenta ya con unos niveles de compraventa mínimos y prácticamente residuales (en todo el año pasado apenas se vendieron 324 viviendas frente a las 1.250 de, por ejemplo, el año 2006).

Según los últimos datos oficiales que maneja el Ministerio de Fomento, el precio medio de la vivienda en Elda se situó en 759 euros el metro cuadrado en el primer trimestre de 2012, el valor más bajo desde antes de 2005 (datos más antiguos que computan las estadísticas oficiales). Son valores medios que no toman en cuenta realidades del sector, como dónde se encuentra ubicada la vivienda o las características que tiene que lógicamente influyen, y mucho, en el precio final de la casa. Pero, con todo, su evolución refleja la clara tendencia por la que los precios continúan cayendo. Y la pregunta ahora es: ¿hasta dónde?

En caída libre

Solo en el último año, cuando los precios ya habían caído notablemente, el descenso alcanza el 10% (el precio medio en el mismo trimestre de 2011 se situaba en 845 euros). Y la caída acumulada en los últimos cuatro años de crisis supera ya el 35% (en 2008, el precio medio por metro cuadrados se situó en cerca de 1.200 euros). Es decir, que a día de hoy, y siempre hablando en términos de precios medios, un piso de 100 metros cuadrados costaría en Elda 75.900 euros, frente a los 117.500 que ese mismo inmueble costaba en el año 2008 o los 81.300 euros en los que estaba valorado en 2005, justo antes de que el mercado inmobiliario viviera sus años dorados de auge.

La devaluación de la vivienda, al amparo de la recesión inmobiliaria, no es lógicamente patrimonio exclusivo de Elda, pero dentro de esta caída generalizada que ha venido registrando el sector, lo cierto es que los valores de la capital del Vinalopó son especialmente bajos respecto a otras ciudades de la provincia. Dentro de la propia comarca, en ciudades como Petrer y Novelda la vivienda está en estos momentos más revalorizada que en Elda (no así en Villena, que se sitúa junto a Elda entre las ciudades más baratas de España, solo por detrás de Hellín y Tomelloso).

Así, frente al precio medio de 75.900 euros en que se sitúa una vivienda de 100 metros cuadrados en Elda, en Petrer alcanza los 79.600 euros y en Novelda los 82.700. Por ejemplo, en Alcoy el precio medio es 99.350 euros; en Alicante, 120.100; en San Vicente, 120.470; en Elche, 100.600; y en Benidorm, 170.140, más del doble que en Elda.

Las viviendas de segunda mano, las peor paradas

La bajada de los precios, lejos de "animar" el mercado, se produce en un escenario en el que la compraventa está registrando sus niveles mínimos en más de ocho años. Y es que aunque los precios sean ya más bajos que antes del auge inmobiliario, las serias dificultades que a nivel general existen para acceder a un crédito hipotecario, con el grifo de la financiación prácticamente cerrado a cal y canto, están provocando que el movimiento de compraventa sea casi residual, bloqueando una demanda potencial que, según insisten los profesionales del sector, "está ahí pero no puede prosperar". En medio de la progresiva caída registrada a partir de 2008, el pasado año se dieron los niveles de actividad más bajos de toda la crisis, con la venta de 324 viviendas frente a las 468 del año anterior. Muy lejos ya de los niveles de 2006 cuando, en plena época dorada del sector de la construcción, se llegaron a vender 1.243 viviendas.

Dentro de una actividad prácticamente paralizada, la peor parada es la vivienda de segunda mano, que tiene que competir con la oferta que acumulan las propias entidades bancarias y con la de vivienda nueva, que no ha tenido más remedio que ajustar al máximo los precios.