El Ayuntamiento de Elda abrió anoche un ciclo de charlas para ayudar a afrontar la muerte de seres queridos. El psicólogo Ignacio González, especializado en Cuidados Paliativos, Duelo y Psiconcología, es el encargado de arrojar luz ante la oscuridad de la muerte.

Debe ser muy duro trabajar en un entorno donde la muerte siempre está presente.

Es duro pero también es gratificante porque puedes ayudar a quienes experimentan el mayor sufrimiento que puede sentir un ser humano y, además, se aprende muchísimo.

¿Se aprende?

Sí. Se aprende, por ejemplo, que hay que vivir intensamente la vida porque mañana puede que ya no estemos aquí. También se aprende que las cosas más importantes de la vida no son cosas, son sentimientos, afectos, recuerdos, abrazos...En fin todo aquello que no se puede tocar. Y por muy dura que sea la pérdida se puede lograr un crecimiento personal, porque la muerte de un ser querido nos enseña muchas cosas que los dolientes podemos aplicar en el resto de nuestras vidas.

¿Qué muerte es la peor?

Los duelos más complicados de superar son las muertes repentinas porque quedan muchas cosas pendientes por hacer y por hablar, y ni siquiera ha habido posibilidad de despedirse. Y dentro de este capítulo la pérdida de un hijo porque marca la ruptura del ciclo vital, y la de un familiar por suicidio. En este caso se genera mucha angustia y culpabilidad.

¿Todos sentimos la muerte por igual?

No. Es un sentimiento muy personal y muy individual que debe afrontarse por ritmos. Las mujeres, por ejemplo, la externalizan más que los hombres pero éstos sufren un vacío interior fortísimo que, en muchos casos, no sacan al exterior y eso es peligroso.

¿Y el que sabe que sólo le quedan unos meses de vida cómo reacciona?

Los hay que se niegan a aceptarlo y los hay que se vuelcan con el presente para exprimir el día a día al cien por cien siendo conscientes de que la luz se apaga. Y esto también deja al descubierto el error que supone perdemos el presente y pasarnos la vida pendientes del pasado y del futuro. No deberíamos olvidarnos nunca de que el presente, el hoy y el ahora, es lo realmente importante.

¿El trauma se puede superar?

Por supuesto. La vivencia del duelo es única y personal como la vida misma pero los especialistas en el Duelo trabajamos siempre con las personas y con las biografías. Tanto del que se va como del que se queda.

¿Hay qué decir al enfermo terminal la verdad?

Si el paciente quiere saber la verdad hay que decírsela pero sí su deseo es no saberla también hay que respetar su voluntad. Y cumplirla hasta el final.

¿Y después de la muerte qué hay?

Eso siempre lo explicó en mis charlas proyectando una imagen pero la muerte no es el final. Hay que seguir adelante con quienes se quedan aquí porque la vida está para vivirla. Y quienes no pueden superar la muerte y necesitan ayuda nos encuentran a nosotros para consolarles y orientarles.