El traído y llevado proyecto para la rehabilitación de los bloques de Las Trescientas, enterrado cuando sólo se ha ejecutado el 25% -un solo bloque de los cuatro previstos- empezó mal y así ha continuado. La desactivación del IVVSA ha venido así a confirmar lo que para muchos ya se veía venir, cual crónica de una muerte anunciada. Los despropósitos de todo tipo y condición han dominado de principio a fin esta actuación, en medio de las quejas de los vecinos del segundo bloque, que se han quedado a las mismas puertas, y la cada vez mayor desesperanza de los residentes de los dos bloques restantes.

Los bloques de viviendas, que cuentan con más de 50 años de antigüedad y que habitan mayoritariamente pensionistas , acusan los visibles efectos de las filtraciones en las fachadas y las humedades han invadido el interior de numerosas viviendas. Recientemente, en el pasado mes de noviembre, parte del techo de una vivienda del segundo bloque se vino abajo a causa de las filtraciones de agua. Afortunadamnte, el desplome, localizado en la galería de la vivienda, se produjo por la noche, sin que hubiera que lamentar daños personales.