Prosigue bajo estricto secreto la investigación de la Comisaría de Policía de Elda-Petrer para tratar de identificar a los autores del robo de la calavera de una difunta y la profanación de cuatro nichos en el cementerio nuevo de Elda. No obstante este diario ha podido averiguar, por las fuentes consultadas, que los autores del macabro ritual ocurrido en la madrugada del domingo fueron al menos tres. Llevaban guantes para no dejar huellas y accedieron al camposanto Virgen de los Dolores saltando la tapia con una escalera que quedó apoyada en el muro exterior del recinto cuando huyeron.

Por su forma de proceder la única obsesión que tenían era conseguir la "mejor" calavera para destinarla a un fin misterioso. De ahí que abrieran hasta tres ataudes, uno de ellos con el cadáver de un hombre en plena descomposición al llevar enterrado menos de tres semanas, antes de que encontraran finalmente un cráneo esqueletizado en el cuarto féretro, el que correspondía a una mujer mayor inhumada diez años atrás.

Resulta igualmente insólito que los profanadores intentaran minimizar los daños. Las lápidas no fueron destrozadas sino arrancadas con cuidado, los ataudes fueron sacados de los nichos para abrirlos en el suelo sin golpearlos y, a excepción de la fallecida a la que robaron la cabeza, el resto de cadáveres no sufrió desperfecto alguno. Pese a ello la principal hipótesis policial sigue apuntando a un móvil vandálico, que podría guardar relación con la celebración de Halloween.