Tenía ocho años cuando en la tarde previa a las Fiestas de Moros y Cristianos de Sax vistió por primera vez el hábito de monaguillo para ayudar al cura, que entonces era Francisco Juan Galiana Roig, a oficiar la tradicional misa de la comparsa de Moros junto a otro monaguillo de excepción aunque más crecidito, "El Pepado". A los 11 años le llegó la "alegría" del Seminario de Orihuela a donde regresa ahora, tras licenciarse en Teología, para educar y formar a niños de primero y segundo de ESO.

¿No es muy joven para meterse a cura y renunciar a muchas cosas en la vida?.

Lo importante no es la edad sino la mentalidad y desde que me confirmé con quince años tengo muy claro que éste es mi camino. Y no voy a renunciar a nada porque para mí lo que realmente merece la pena es entregarle mi vida a Dios y ayudar a quien necesite ayuda. Además, -se ríe- no pienso renunciar a desfilar con mi comparsa de Moros en las Fiestas de San Blas.

¿Jamás ha tenido dudas?.

Sí, por supuesto que las he tenido. Sobre todo en la adolescencia. Pero superar esas dudas me ha fortalecido en mis convicciones.

Pero ¿no cree que muchos jóvenes pueden verlo a usted cómo un "bicho" raro?.

El pensamiento es libre y yo soy muy respetuoso con todas las opiniones; pero una parte de nosotros busca a alguien superior, a Dios, y en los momentos más críticos es cuando aflora la verdad.

Juventud...¿divino tesoro?

Sí, divino tesoro. La actual juventud es el fiel reflejo de la sociedad en la que vivimos y, aunque en general faltan metas e ideas claras, hay mucho compromiso de bien y altruismo entre muchos jóvenes.

¿Cómo rescatar a una sociedad que se debate entre la crisis existencial y la crisis de fe?

La sociedad necesita a Dios y Dios siempre está a nuestro lado tendiéndonos una mano amiga. No hemos sido creados por azar. Somos frutos del amor de Dios y la primera crisis de fe es la de nosotros en nosotros mismos. Hoy nos hace falta más esperanza que otra cosa y Dios la da.

¿Y la familia que opina?.

Todos están muy orgullosos de mí y yo más de ellos. Además, en la familia va a haber otro cura. Mi primo José Moyá que estudia Teología y también lo tiene muy claro.