Las elevadas existencias o stock de vino a granel que años atrás hicieron bajar los precios por la ley de la oferta y la demanda se han agotando. El mercado ha ido consumiendo de forma lenta pero constante los excedentes de las cosechas anteriores y los grandes vinateros -muchos de ellos procedentes de Italia- están demandando ahora más vino español por su elevada calidad y sus bajos precios.

"Una buena noticia para el conjunto de los productores de la comarca -decía ayer Alfredo Sogorb desde la bodega cooperativa Santa Catalina del Mañán- ya que ello va a suponer para esta campaña una subida de, al menos, cinco céntimos por kilo de uva respecto al año anterior. Aún así el campo sigue siendo una ruina porque el kilo de uva recogida se paga ahora a 14 céntimos, y para que el agricultor obtenga una mínima rentabilidad debería llegar a los 30 céntimos por kilo como mínimo", puntualiza.

La única opción que le queda al vinícola es alargar su calendario laboral con jornadas de sol a sol, incluidos fines de semana y festivos, y echar mano del entorno familiar para poder vendimiar, por ejemplo, sin que todos los costes de producción se vayan en la mano de obra. Una circunstancia negativa en materia de empleo porque esta causando un notable descenso en la contratación de jornaleros.