El primer viernes del mes transcurrió ayer en el Ayuntamiento de Elda sin la pertinente celebración del que hubiera sido el primer pleno municipal tras el parón estival. Su convocatoria quedó "desierta" por falta de asuntos suficientes para abordar en el orden del día, después de un agosto inhábil, según explicaron fuentes municipales. En este sentido, las mismas fuentes destacaron que no convocar un pleno, con las actuales circunstancias económicas, representa un ejercicio de responsabilidad, por cuanto a que cada sesión plenaria representa para las arcas municipales un gasto de más de 5.000 euros, ya que cada uno de los 25 concejales que integran la corporación municipal de Elda reciben una asignación de 216 euros por su asistencia a cada pleno.

Con todo, la oposición, como ha venido denunciando cada vez que se ha ido dando esta situación -bastante frecuente a lo largo del último año y medio-, entiende la no celebración de plenos ordinarios, a favor de extraordinarios, como un intento "más" de minar su participación, por cuanto a que las sesiones ordinarias constituyen el único foro donde poder incluir sus mociones.