Los restos mortales de la que, por sus 8.000 años de edad puede considerarse la "abuela de Villena", fueron recibidos ayer en el Ayuntamiento por el alcalde Francisco Javier Esquembre, la concejal de Cultura, la directora del Museo Arqueológico Municipal José María Soler y los arqueólogos Marco Aurelio Esquembre y Javier Fernández. Tras completar los estudios antropológicos y biológicos de los restos, análisis que han sido llevados a cabo en la Universidad de Barcelona, en la mañana de ayer se procedió a la recepción oficial de los mismos por el Consistorio villenense con su nuevo alcalde al frente de la comitiva.

El controvertido hallazgo del cadáver tuvo lugar hace tres años, en el paraje de La Corona, coincidiendo con las obras del Ave a su paso por el término de Villena. Pero en prospecciones anteriores, en el año 2006 concretamente, los técnicos del Museo Arqueológico de Villena ya habían localizado este yacimiento.

Los restos encontrados corresponden a una mujer de entre 35 y 40 años. Pero junto a la "abuela prehistórica" también apareció un "nieto prehistórico" de unos 18 meses. La datación a través de la prueba del Carbono 14 les otorga a ambos una antigüedad de 8.000 años, lo que los convierte en los restos humanos más antiguos de la provincia de Alicante.

Según los responsables de las excavaciones "es el descubrimiento prehistórico más importante de los últimos 20 años en la Comunidad Valenciana por tratarse de algo excepcional".

Este asentamiento al aire libre ocupa una superficie de 2.700 metros cuadrados y es uno de los escasos yacimientos del Mesolítico con enterramientos humanos, junto a los de El Collado en Oliva y El Cingle del Mas Nou en Ares del Maestre. En Villena se han podido identificar estructuras habitables junto a silos destinados al almacenaje. La proximidad del yacimiento de Casa de Lara le confiere, además, un valor añadido como referente en el estudio de las sociedades cazadoras mesolíticas y los primeros grupos humanos neolíticos.

El interés científico suscitado ha hecho posible la participación de diversos equipos de investigación españoles y europeos a lo largo de las diferentes fases: detección temprana del yacimiento, inicio de la intervención arqueológica y estudio de todo lo encontrado. En esta última etapa han colaborado varias universidades de Valencia, Madrid y Barcelona, el Marq, el Csid y el Max Planck Institute, y gracias a sus investigaciones va a ser posible conocer los rasgos físicos y genéticos, la dieta, la salud, los ritos funerarios y otros aspectos sociales de las últimas poblaciones de cazadores recolectores que habitaron la fachada mediterránea de la Península Ibérica hace miles de años. De ahí que los expertos hayan catalogado este descubrimiento como el más relevante de la zona levantina.